La pobreza con claro rostro de mujer golpea a millones cuyas condiciones de vida son muy alarmantes e indignas, provocando que no tengan dinero ni siquiera para comprar un paquete de toallas sanitarias. Además, al estar en esa situación, sus viviendas no tienen servicios básicos ni agua segura, por ello, el aseo mínimo para estos días no está garantizado e implica que están expuestas a enfermedades e infecciones, por lo tanto, el Estado debe hacer su parte.
Es un tema que como nuevo, debe ser abordado con amplitud y asumiendo esta realidad, sin miedo, dejando de lado la comodidad de nuestro privilegio.