El Colectivo de Mujeres, conformado por varias organizaciones que defienden sus derechos, al entregar sus energías y reconocimiento a la presidenta de la Legislatura, Gabriela Rivadeneira, expresó su respaldo -como capital humano individual y colectivo- a la gestión que desarrolla en la Asamblea, porque la alianza con el movimiento femenino es un elemento fundamental hacia un verdadero trabajo colectivo.
Margarita Carranco, del Colectivo Nosotras, destacó el agradecimiento a las mujeres ancestrales y antecesoras, como Manuela Sáenz, y a las feministas que abrieron camino para logar la construcción de todo lo que el país tiene -que en materia de género está en las mejores condiciones- y, en este caso, hacer posible que tres mujeres dirijan la Legislatura.
Las delegadas reiteraron que las mujeres que dirigen la Asamblea son el referente para la sociedad y que están allí como consecuencia de décadas de lucha y procesos. “Con las mujeres al poder la democracia es posible”, subrayaron.
Agregaron que lo que pase con el trabajo de la Legislatura será un espejo, no solo para ahora, sino para la historia del país, al precisar que existen mujeres investigadoras, científicas, jurídicas, políticas, todo un capital maravilloso que hay que potenciarlo, usarlo y visibilizarlo. “Siempre, las mujeres tenemos que estar unidas para apoyarnos”, enfatizaron.
Respecto de los cambios en el Código Penal, indicaron que sin la Ley Contra la Violencia a la Mujer, conocida como Ley 103, se quedarían en la indefensión cuatro millones de mujeres que buscan protección, no obstante, sí es importante incorporar en la normativa penal aspectos como el femicidio, las sanciones a la explotación sexual, temas en torno a los cuales esperan estén reflejados la primera acción de la Legislatura. Argumentaron que sus observaciones fueron trabajadas con las asambleístas Gina Godoy, Marisol Peñafiel y Paola Pabón.
En este contexto, la titular de la Legislatura destacó que les ha tocado asumir una responsabilidad que va más allá de decir que se trata de un momento histórico, puesto que lo fundamental es demostrar que están en capacidad de ir respondiendo a estereotipos y paradigmas que han estado presentes en el desarrollo de la sociedad y que siguen haciendo ver a las mujeres como un grupo vulnerable.
“Estamos más fuertes que nunca y vamos a implementar cambios muy fuertes”, dijo Gabriela Rivadeneira, al aseverar que la lucha de las antecesoras ha dejado una herencia que debe cuidarse, de manera tal que se siga replicando en las futuras generaciones.
“Nos ha tocado el reto, no solo de hacer todo bien en la Asamblea, sino de demostrar que las mujeres podemos tomar decisiones, con absoluta firmeza y sensibilidad”, expresó, al indicar que una de sus luchas es implantar una revolución cultural en torno a lo que somos los ecuatorianos y ecuatorianas.
De su lado, la segunda Vicepresidenta, Marcela Aguiñaga, aseveró que está convencida de la lucha de las organizaciones, por lo que seguirán apoyando a los diferentes sectores representativos de las mujeres. “Mi compromiso es seguir trabajando por las grandes causas y los cambios que el país requiere”, al destacar que el Código Penal es un nuevo marco jurídico complejo en el que se necesita a la representación de las organizaciones para que el objetivo a alcanzar no se pierda en el camino.
El grupo de organizaciones que saludó a las autoridades de la Asamblea estuvo conformado por Margarita Carranco, del Colectivo Nosotras; Sandra Álvarez, de la Organización de Mujeres Lesbianas; Carmen Ortiz, de Senda -Cabildo por las Mujeres; Miryam Loor, del Movimiento de Mujeres por Manabí; Luz Haro, del Movimiento de Mujeres Rurales del Ecuador; Liliana Durán, del Foro Nacional de las Mujeres; Beatriz Barrezueta, de la Coordinadora Política de las Mujeres Ecuatorianas; y, Rocío Rosero, de la Plataforma de los Derechos de las Mujeres.
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