El Proyecto de Ley Orgánica que Regula el Derecho a la Reproducción Humana Asistida en el Ecuador, presentado por la Defensoría del Pueblo y actualmente en trámite para primer debate dentro de la Comisión del Derecho a la Salud, recibió aportes de especialistas, quienes coincidieron en la necesidad de abolir la maternidad subrogada.
La escritora argentina Lupe Batallán aclaró que en su país no es legal la filiación triple, pues la ley vigente establece que ninguna persona puede tener más de dos vínculos familiares. En cambio, el proyecto en discusión plantea esta figura, que permitiría que un niño tenga más de tres padres bajo el argumento de reconocer estructuras familiares poliamorosas y garantizar estabilidad. La autora cuestionó si existe evidencia de que dichas familias brinden un ambiente estable para la crianza.
Batallán también señaló que el proyecto incorpora la figura post mortem, es decir, el uso de gametos de una persona fallecida para concebir. Esto, advirtió, genera dilemas legales y éticos de gran magnitud, como obligar al niño a nacer en ausencia deliberada de uno de sus progenitores y sin resolver aspectos sucesorios. Además, criticó que el texto subordine el derecho a la identidad de los niños a la confidencialidad, reserva y anonimato de los adultos donantes y gestantes. En sus palabras, “se prioriza el deseo de los adultos a costa de los derechos de los niños”.
El doctor Bernard García, director de la Organización Francesa Declaración de Casablanca para la Abolición Universal de la Maternidad Subrogada, sugirió no incluir esta práctica o prohibirla de forma expresa en la ley, siguiendo las recomendaciones de la Declaración de Casablanca, que llama a los Estados a abolirla universalmente mediante un tratado internacional. Explicó que la maternidad subrogada, en todas sus formas, constituye violencia contra la mujer, atenta contra la dignidad humana y es contraria al derecho internacional.
A su criterio, la maternidad subrogada no debe considerarse una técnica de reproducción asistida, ya que no cura ni restablece la fertilidad de una persona o pareja. Tampoco puede hablarse de una modalidad altruista, pues, en general, representa un fraude a la adopción y vulnera los derechos de los niños respecto de su origen.
El presidente de la Comisión, Juan José Reyes, advirtió que en el Ecuador existen clínicas clandestinas en las que mueren mujeres. Frente a la realidad de que la maternidad subrogada ya se practica, señaló que resulta necesario establecer un marco legal que brinde protección tanto a los padres como a los niños. Por su parte, la asambleísta Victoria Desintonio consideró indispensable realizar una comparación legislativa con otros países para evitar que el Ecuador se convierta en destino de “turismo reproductivo”.
El abogado Víctor Valle, vicepresidente de la organización Dignidad y Derecho, destacó la importancia de debatir el consentimiento libre e informado en la maternidad subrogada. Señaló que existe consenso en torno a su abolición universal: “La maternidad subrogada no es un método de reproducción asistida, es venta de niños”, afirmó. Además, sugirió analizar métodos alternativos más económicos, menos invasivos para la salud y con mejores tasas de éxito.
Resaltó también que los parámetros de la Corte Constitucional incluyen el principio del interés superior del niño. En este sentido, insistió en que la Comisión debe tomar en cuenta las advertencias sobre la vulneración de derechos que implica la maternidad subrogada.
La legisladora Annabella Azin señaló la necesidad de analizar por separado la fertilización in vitro y la gestación subrogada, a fin de comprender mejor las implicaciones de cada tema.
Por su parte, el doctor Oswaldo Saltos, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), sostuvo que el proyecto responde a una imposición ideológica unilateral, pues introduciría inadvertidamente la ideología de género y disposiciones contrarias a la Constitución, al intentar eludir el reconocimiento de que la vida humana comienza con la concepción.
En su opinión, es necesario abrir un debate serio sobre la conveniencia de introducir técnicas de reproducción asistida y sobre la maternidad subrogada. Sin embargo, consideró que el proyecto impone una visión ideológica marcada, que no necesariamente representa el pensamiento mayoritario del país. Por ello, recomendó archivar el actual texto y presentar uno nuevo que recoja una visión más plural y acorde con la realidad ecuatoriana.
RSA