En el marco del tratamiento del proyecto de Ley Orgánica para el Combate y Adaptación del Cambio Climático, la Comisión de Biodiversidad, recibió a Édison Calderón, consultor en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Durante su intervención, advirtió sobre la necesidad de mantener la coherencia técnica y la articulación institucional en la gestión climática del Ecuador. Señaló que, desde hace más de una década, existen avances y limitaciones en la coordinación técnica que ponen en riesgo la rigurosidad de la misión climática nacional.
Calderón explicó que la mitigación al cambio climático busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para evitar el calentamiento global, mientras que la adaptación se centra en preparar a las comunidades y sistemas frente a los impactos ya visibles del cambio climático en el país.
En relación con el proyecto de ley sobre cambio climático, destacó que este propone la creación de una nueva herramienta de planificación denominada Estrategia Nacional de Reducción de Emisiones (ENRE). Sin embargo, advirtió que este instrumento duplica y entra en contradicción con el Plan Nacional de Mitigación del Cambio Climático (PLAN MICC), ya vigente y reconocido por la normativa actual, el Reglamento del COA y la segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) presentada en 2024.
El Plan MICC, dijo Calderón constituye la hoja de ruta oficial del país hacia la descarbonización al 2070, con metas claras de reducción de emisiones y un marco de gobernanza establecido a través del Comité Interinstitucional de Cambio Climático. Por ello, la creación de un nuevo instrumento paralelo podría generar confusión legal, superposición de competencias y pérdida de coherencia técnica.
Asimismo, recordó que la segunda NDC 2026–2035 fija una meta de reducción del 7% incondicional y un 8% adicional condicional de emisiones, basada precisamente en el modelamiento del Plan MICC. En ese sentido, Calderón insistió en que cualquier nuevo marco legal debe fortalecer y consolidar la planificación climática existente, no duplicarla ni debilitarla, ya que omitir referencias explícitas al Plan MICC y su visión de descarbonización a largo plazo podría interpretarse internacionalmente como un retroceso en los compromisos climáticos del Ecuador.
MEV