En el primer taller de socialización del proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial, organizado por la Comisión de Gobiernos Autónomos, en Cuenca, el Ministro de Defensa Nacional y exalcalde de la ciudad de Cuenca, Fernando Cordero, recomendó hacer una revisión exhaustiva de eventuales contradicciones que podrían darse, no en los textos actuales, sino en el debate del contexto nacional, como por ejemplo el tema de la plusvalía.
Conviene definir algunas categorías del ordenamiento territorial que deben ser desarrolladas en el proyecto, esto es los suelos y espacios no urbanizados, así como las atribuciones para el gobierno nacional, es decir todos los componentes del habitad: competencias de movilidad, transporte, localización de equipamiento nacional.
El decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Fernando Pauta, precisó que el amplio debate que se dio con relación al proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial permitió vislumbrar la oportunidad de establecer criterios basados en la realidad de cada nivel de gobierno, a fin de construir una normativa ajustada a la misma para planificar el desarrollo y ordenar los territorios, a fin de promover modelos de gestión claros articulados hacia el buen vivir de los ecuatorianos.
Por ello planteó que en el cuerpo legal se defina lo que es el desarrollo nacional, provincial, cantonal y parroquial rural, considerando que cada uno tiene sus propias especificidades.
El asambleísta René Yandún, integrante de la Comisión de Gobiernos Autónomos, dijo que las propuestas planteadas serán tomadas en cuenta, ya que existió una profunda reflexión de temas que se ajustan a la realidad del país y que será de mucha utilidad para construir el informe para primer debate.
Luego de escuchar el diálogo en las tres mesas temáticas: ordenamiento territorial; uso y gestión del suelo; y, competencias y régimen sancionatorio se puede llegar a tres conclusiones generales como son: la necesidad de una normativa que permita el ordenamiento territorial mismo que debe tener un carácter nacional y que permita ayudar a la organización de los centros urbanos y el área rural para alcanzar el desarrollo social.
Sin planificación no hay desarrollo, mucho menos si no nos organizamos planificadamente, por tanto, los diferentes niveles de gobierno deben tener sus planes adecuados y apropiados al medio, a la circunstancia y ubicación geográfica e inclusive al comportamiento cultural, concluyó.
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