Cientos de niños se gradúan en el interior de la Asamblea

Viernes, 24 de julio del 2015 - 15:53 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

Es Jacqueline Tulcanaza, tiene 38 años, trabaja y confía sus hijos en el centro Creciendo Juntos con Nuestros Hijos, del Ministerio de Inclusión Económica y Social. Contó que este jueves recibió una de las experiencias más satisfactorias en su vida: la graduación simbólica de su pequeña de tres años y conocer por primera vez el interior de la Asamblea Nacional.

Durante toda esta semana, el Salón José Mejía Lequerica del Legislativo abrió sus puertas y permitió la entrada de cientos de niños de Zámbiza, Tumbaco, Tababela, Pifo, Puembo, Checa, Quinche, Atucucho, Cochapamba, Amagasí, Libertadores, La Comuna, San Carlos, Centro Histórico y muchos otros lugares, quienes asistieron para su graduación simbólica. Los infantes concluyeron el primer período de aprendizaje para ingresar a otro: el de educación inicial básica.

En el salón los flashes se cruzaban, los familiares corrían de un lado, unos apresurados, otros nerviosos, otros felices. Las fotografías para el recuerdo no paraban y Amparo Tupisa, sentada en un curul, con su hija en sus piernas, recordaba que cuando la niña estaba en su interior el Presidente de la República, Rafael Correa, tocó su vientre. Quisiera conocerlo, pero es imposible. Hoy también vine con la ilusión de ver al presidenta Gabriela Rivadeneira, ojalá venga, dijo, tras contar que le gusta su forma de ser, su templanza, su firmeza.

Es posible que estos niños que se están graduando aquí en la Asamblea algún día estén discutiendo en este mismo lugar los problemas y soluciones para nuestro país como parlamentarios, afirmó emocionado Édgar Andrade, director distrital Mies zona centro. Es importante que la Asamblea nos abra las puertas como parte de su política de acercamiento con la ciudadanía, añadió.

Que nuestros niños se hayan graduado en este lugar es una motivación para nosotros, solo de escuchar que este evento se iba a realizar aquí en la Asamblea nos alegró mucho, porque se dio una relevancia a nuestros hijos. Este lugar era un espacio cerrado, solo se lo conocía por afuera cuando se venía a protestar. Ahora las cosas han cambiado, las puertas están abiertas para todos, comentó Mery Araudi, madre del Centro Aprendiendo a Vivir, de la Granda Centeno de Quito.

Paciente, tranquila y meditando sobre la mejor locación para tomarle una foto a su hija se encontraba Miriam Toapanta en las afueras del Mejía Lequerica. Ella solicitó permiso en su trabajo, como empleada doméstica, para acompañar a su hija de tres años. Nunca me imaginé conocer este lugar por dentro, es muy bonito, no lograba imaginarme cómo era, afirmó, mientras sus hijos juegan y se pierden entre la multitud y Miriam los busca con su mirada.

 

LM/pv

Av. 6 de Diciembre y Piedrahita · Teléfono: (593)2399 - 1000 | Quito · Ecuador