En el contexto del II Foro Beijing + 20, el expositor Ludwig Guendel, de Costa Rica, se refirió al tema Las niñas: invisibles, instrumentalizadas y violentadas.
Mencionó la transformación jurídica y que el mayor logro es considerar a los niños como sujetos de derechos y libertades, pero todavía enfrentan grandes barreras. América Latina es el continente más desiguald del planeta, puntualizó.
Entre el 2000 y el 2010, la incidencia de la pobreza infantil pasó del 54% al 46% en al menos 17 países de la región, pero casi la mitad de los niños y niñas siguen siendo pobres, ya sea en forma moderada o extrema; la pobreza infantil afecta a casi 70.5 millones de niños y niñas menores de 18 años, de los cuales el 16.3% vivía en condiciones de extrema pobreza, explicó.
Uno de cada seis está afectado por la miseria, lo cual significa que 28.3 millones de niños y niñas menores de 18 años se van dormir sin la alimentación suficiente y en condiciones de dramático hacinamiento, según la Cepal, agregó, al indicar que en las zonas rurales esta problemática – pobreza infantil- es más grave aún: tres de cada cuatro niños y niñas viven en pobreza, mientras que en las zonas urbanas solo uno de cada tres está en dicha situación
Para los niños y niñas de origen indígena o afrodescendiente es peor: “tienen una incidencia de pobreza (moderada y grave) que supera la de otros grupos en alrededor de 20 puntos porcentuales, afectando al 63,3% de ellos.
Enfatizó que en la última década la pobreza infantil por privaciones múltiples ha disminuido, pero aún afecta a más de un 40% de niños, niñas y adolescentes en un período de importante crecimiento económico en la región.
Si sigue el promedio de diez puntos porcentuales de disminución por década, se requieren 50 años para reducir —y no eliminar— la pobreza infantil en el continente, lo que da cuenta del incumplimiento de las obligaciones de los Estados con la infancia, alertó.
Las tareas domésticas no remuneradas están a cargo principalmente de las niñas, realizan tareas domésticas casi 3,5 veces más que los niños. Estas tareas no solo incluyen el cuidado de otros niños o niñas, sino también cocinar, limpiar, ordenar y transportar agua y combustible para el hogar. Las niñas se enfrentan a una doble o triple carga: trabajo doméstico y el trabajo agrícola, subrayó.
Dijo que 7 millones de niñas que viven en la calle han sido obligadas a abandonar sus hogares, por violencia doméstica, abuso y explotación económica; 6.5 millones de niños y niñas de la región no tienen certificado de nacimiento, por lo mismo, es muy difícil identificar con certeza el sexo de quienes no están registrados oficialmente; 22 millones de niños, niñas y adolescentes no están en la escuela o corren el riesgo de abandonarla; las niñas aún enfrentan discriminación de género en la escuela.
Argumentó que a la niñez se la concibió como una etapa de transición no de un ser, los padres lo asumieron como una propiedad, es decir, de dominio de personas adultas a las niñas y niños (dueños de hijos), sin un relacionamiento en términos iguales.
Nueva concepción de la niñez
Expresó que más allá de lo jurídico y de lo institucional, se trata de cambiar como concebimos a los niños y niñas en esta sociedad e incorporar el nuevo concepto en políticas y programas capaces de atender estas exclusiones y discriminaciones.
El desafío es reformular culturas organizacionales, enfoques y metodologías de la gerencia de las políticas sociales incorporando el enfoque de género y de derechos, además de impulsar nuevas maneras de comprender lo social, profundamente arraigadas en valores y prácticas sociales de la gente.
MG/pv
