El subsecretario del Ministerio de Coordinación de Patrimonio, Tarsicio Granizo, subrayó que si bien existe el gran apoyo de varios países para mantener el petróleo del Yasuní ITT bajo tierra, es necesario que el Parlamento Latinoamericano emita una declaratoria de respaldo político a esta iniciativa del Ecuador, que es revolucionaria y única, ya que con ello podremos abrir las puertas para alcanzar este objetivo y así mejorar las condiciones de vida de los habitantes del mundo.Recordó que la no extracción hidrocarburífera es una iniciativa del Gobierno de Rafael Correa para dejar grandes reservas de crudo bajo tierra y así cuidar el medio ambiente, la naturaleza y la vida de los habitantes e ir hacia un nuevo modelo de desarrollo pospetrolero, pero que esto se conseguirá con el apoyo económico internacional.
Indicó que el Ecuador, por más de 40 años, ha dependido de los ingresos de la explotación petrolera y, pese a ser un país petrolero, ha tenido dificultades para solucionar una serie de problemas sociales y económicos y ha sido difícil alcanzar las metas de desarrollo del milenio, por lo que al menos un millón de ecuatorianos han emigrado, desde 1998, a otros países como España, Estados Unidos y otros europeos.
Subrayó que pese a los esfuerzos del mundo de mitigar el cambio climático, éste continúa igual o peor que antes, es decir, que existen más emisiones de gases de efecto invernadero lo que da lugar a un calentamiento progresivo global, lo cual nos obliga para buscar soluciones que permitan evitar este proceso acelerado de destrucción de la naturaleza.
Es por ello, recalcó, que es necesario pensar en un modelo de desarrollo que nos permita avanzar hacia una economía pospetrolera, tomando en cuenta que las reservas de crudo negro alcanzarán como máximo para unos 30 ó 50 años, según los cálculos de los expertos en esta temática.
Señaló que en el Yasuní existe una riqueza extraordinaria, con una variedad de bosques, plantas, animales, así como también se encuentran asentados dos pueblos en aislamiento voluntario, como son los Tagaeri y Taromenane.
Explicó que el campo ITT contiene 846 millones de barriles de crudo pesado, que incluso pueden alcanzar los 1 500 millones de barriles, si se incluyen reservas probables, es decir que si Ecuador propone al mundo dejar una reserva petrolera a cambio de una compensación económica, estamos hablando del 20% de las reservas actuales del Ecuador.
El objetivo de esta iniciativa es evitar las emisiones de gas carbónico que ocasionan el cambio climático y buscar nuevos modelos de desarrollo para garantizar el buen vivir, lo cual no es compatible con los actuales mecanismos de explotación petrolera.
A cambio de estas contribuciones, el Ecuador está dispuesto a entregar certificados de garantía del Yasuní, por los cuales, en el caso de que el Ecuador explotase el yacimiento ITT se les devolvería el valor aportado.
Precisó que los tres mil 600 millones de dólares serán utilizados en el desarrollo de fuentes de energía de proyectos hidroeléctricos, geotérmicos, solares, eólicos, es decir, proyectos energía renovable, lo que incidirá la mitigación del cambio climático. También permitirá invertir en desarrollo social dirigido hacia los pueblos indígenas.
Además, se invertirá en la conservación de áreas protegidas en su territorio (4.8 millones de hectáreas con una biodiversidad impresionante); reforestación de un millón de hectáreas, en la búsqueda de energías sostenibles para el Ecuador, lo que supone un cambio en la matriz energética y, por tanto, la reducción en el uso de combustibles fósiles. El Gobierno, para el 2012, está encaminando acciones a efectos de que las Islas Galápagos sean un territorio libre de este tipo de carburantes, añadió.
Igualmente, dijo, se incrementará la demanda de eficiencia energética con el programa de focos ahorradores, aparatos eléctricos que ahorren energía; y, como el Estado tiene una deuda social con la Amazonía, los recursos se invertirán en vialidad, educación, salud, entre otras áreas, a fin de garantizar el desarrollo social.
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