El presidente de la Comisión de Educación y ponente del proyecto de Código de la Economía Social de Conocimientos, Raúl Abad, al resaltar que Ingenios permitirá a investigadores y científicos ecuatorianos exportar conocimientos, mocionó al Pleno de la Asamblea, iniciar el segundo debate libro por libro, tomando en cuenta que la normativa es extensa y requiere que los parlamentarios den sus aportes a los distintos temas. Su pedido tuvo el apoyo de 103 legisladores presentes.
Raúl Abad precisó que el proyecto está en estudio en la comisión un año cuatro meses. Destacó que la consulta prelegislativa se desarrollo en 23 provincias, pero no solo recogió aportes sobre los temas sustantivos (13 artículos) sino que se socializó todo el proyecto que actualmente contiene 627 artículos, a fin de escuchar los criterios de las distintas voces.
Indicó que los consensos alcanzados en el proceso de consulta prelegislativa por parte de comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades, así como muchas las observaciones de asambleístas y de sectores que participaron en reuniones de trabajo, talleres, socializaciones fueron incorporadas en el proyecto.
Señaló que los consensos alcanzados en territorio fueron incluidos en el Título VI del proyecto y se acogieron observaciones formuladas en las distintas reuniones del organismo legislativo respecto de los derechos de autor, mecanismos de repartición de regalías a favor de músicos, productores e intérpretes, además de ciertas reformas sobre beneficios que reciben los creadores de software, con el fin de fomentar un mayor acceso a esta herramienta para permitir un desarrollo productivo basado en la innovación.
Explicó que en el Libro Preliminar se desarrolla su objeto, ámbito, fines y principios. El Libro Primero establece el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología y Saberes Ancestrales; incorpora los temas de institucionalidad de la entidad rectora de sistema y la entidad competente en materia de derechos intelectuales, subrayó.
El Libro II desarrolla la normativa de investigación responsable e innovación social. Garantiza la libertad de investigación como fundamento de cualquier actividad científica de tal forma que se enmarquen en el respeto a la ética, la naturaleza, el ambiente, el rescate, aprovechamiento y potenciación de los saberes ancestrales y locales. El Libro III plantea un nuevo modelo de gestión del conocimiento que reemplaza la actual Ley de Propiedad Intelectual, desarrolla las normas constantes en los convenios, tratados internacionales; materializa el equilibrio que debe existir entre el titular de los derechos y los usuarios, explorando todas las flexibilidades que el sistema de propiedad intelectual contempla, añadió.
El Libro IV corresponde al financiamiento del sistema y a los incentivos para la economía social de los conocimientos, la creatividad y la innovación. En la parte final se establece la obligatoriedad del cumplimiento de la normativa internacional de la cual Ecuador es suscriptor; los procesos de transición, como es el caso de los procesos que son sustanciados por el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual, agregó.
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