Previo al inicio del segundo debate del Código de Ambiente y con la participación de diversos sectores inmersos en la temática ambiental, el Pleno de la Asamblea Nacional escuchó a representantes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), de Promotores Ambientalistas, del Colectivo Ecuador “Tradiciones y Cultura”, de la Coordinación de Juventudes Ambientalistas (RENAJU), del sector ambientalista y ecologista.
Allí resaltaron la importancia de la normativa y solicitaron su aprobación, argumentando que forman parte del código varias propuestas que fueron recogidas en territorio durante la consulta prelegislativa y por los distintos actores y gestores en los derechos de la naturaleza, biodiversidad y sumak kawsay.
Albeiro Mendua, de la nacionalidad cofán, de la provincia de Sucumbíos y vicepresidente de la COFENAIE, dijo que el proyecto pone énfasis en el respeto de los derechos colectivos consagrados en la Constitución y los tratados internacionales y permite mantener sus prácticas ambientales y conocimientos colectivos, además que respeta y promueve las manifestaciones culturales, saberes ancestrales y conocimientos de comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades.
Señaló que el código garantiza el acceso y aprovechamiento de comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades, en los resultados del biocomercio generados en sus territorios. También se respeta el uso tradicional y aprovechamiento de la vida silvestre, en el marco de las prácticas y subsistencias que tiene cada uno de estos sectores sociales, enfatizó.
Mencionó que dentro del proceso de construcción del proyecto existió una amplia participación ciudadana y permitió a las comunidades y pueblos pronunciarse sobre temas específicos del proyecto, al igual que propone una innovadora visión en materia ambiental a fin de garantizar los derechos de la naturaleza e impulsar el sumak kawsay y fortalecer el desarrollo sustentable de las comunidades. Con estos argumentos solicitó aprobar el proyecto.
Entre tanto, Ricardo Arias, en representación de los Promotores Ambientales, señaló que la destrucción de la naturaleza y el medio ambiente empieza por la irresponsabilidad del ser humano que contamina el planeta, de allí la importancia de aprobar el Código de Ambiente que permite una nueva relación entre el hombre y la naturaleza al declarar de interés público la conservación del medio ambiente, los derechos colectivos consagrados en la Constitución, así como mantener y proteger los conocimientos colectivos, su ciencia, tecnología y saberes ancestrales.
La sociedad debe empoderarse de esta normativa que garantiza los derechos de la naturaleza y protege costumbres, tradiciones de pueblos y nacionalidades. Resaltó que en cuerpo legal se tomó en cuenta su propuesta de fortalecer los páramos andinos para el mantenimiento de la biodiversidad. Destacó que el código de construyó con la participación de los sectores involucrados. Como promotores ambientales protegemos la naturaleza y su biodiversidad, agregó.
Entre tanto, Wladimir Bernis, del colectivo Ecuador “Tradiciones y Cultura” señaló que en todo el proceso de consulta prelegislativa se hizo presente el sector de galleros, chagras, montuvios quienes solicitaron el respeto de tradiciones y costumbres que son parte de la riqueza de Ecuador y que fue recogido en el proyecto. Pidió que se mantenga el texto del artículo 148 que habla de los espectáculos públicos, por el cual los gobiernos autónomos descentralizados municipales o metropolitanos regularán las corridas de toros, peleas de gallos, rodeos montuvios y toros de pueblo.
Por su parte, Marcela Cevallos, de la Coordinadora de Juventudes Ambientales (RENAJU), resaltó la apertura de los integrantes de la Comisión de Biodiversidad al acoger sus propuestas. Dijo que a los jóvenes les mueve el cuidar y proteger la naturaleza, por ello, asumieron su rol, a fin de transformar la sociedad y las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza.
Finalmente, Inti Alvarado, Abogada y activista ambientalista recordó que hace más de tres siglos la humanidad luchaba para que no exista la venta de esclavos y hoy, tres siglos después, se lucha para que los animales no sean considerados seres inferiores sino como diferentes, por ello, subrayó que es imprescindible luchar por esta causa que introduce estándares de bienestar animal.
JLVN/pv