En la novena entrega del programa Termómetro Ciudadano, de los medios legislativos, fue objeto de análisis el sector agrícola en Ecuador, que involucra una cadena de producción, desde los grandes y pequeños productores, comerciantes, hasta consumidores, quienes abastecen sus alacenas para la alimentación diaria en sus hogares.
Participaron Jamil Ramón, secretario general de Relacionamiento Productivo del Ministerio de Agricultura, Ganadería Acuacultura y Pesca (Magap); Andrés Borja Holguín, del Consejo de Cámaras y Asociaciones de la Producción; y, Romelio Gualán, presidente de la Coordinadora Nacional Campesina Eloy Alfaro.
Gualán destacó que "la soberanía alimentaria constituye una lucha histórica de los pueblos y nacionalidades indígenas, así como de los sectores campesinos. El objetivo de esta reivindicación es garantizar una alimentación sana, no solo a las familias campesinas, sino a los consumidores del área urbana, dijo.
La agroecología, que es la columna vertebral de la soberanía alimentaria, contempla la diversidad y riqueza de microclimas, pertenecientes a las cuatro regiones del país, agregó Gualán. De forma complementaria, Andrés Borja señaló que, una forma adecuada de medir el desarrollo del sector agropecuario es con el abastecimiento de alimentos a la población, sin necesidad de importaciones.
El sector agrícola constituye un eje en el desarrollo socioeconómico del país e influye en la dinámica de otros nichos productivos, como las manufacturas y comercio. La productividad de los sembríos es proporcional a la calidad de las semillas. Por eso, antes del cultivo, los equipos técnicos seleccionan plantas para pruebas físicas y fitosanitarias, a fin de generar semillas certificadas.
La Comisión de Soberanía Alimentaria estudia la Ley Orgánica de Agrobiodiversidad, Semillas y Fomento Agroecológico, conocida como Ley de Semillas. Esta normativa, que gira en torno a tres ejes sustantivos: diálogo de saberes y conocimientos ancestrales, agrobiodiversidad y semillas, garantía de derechos y participación social, busca asegurar a la población ecuatoriana una alimentación sana, suficiente y nutritiva. Regula la producción agrícola, respeta el derecho de la naturaleza, considerada un ente vivo y guarda sintonía con la identidad y tradiciones culturales.
Según el III Censo Nacional Agropecuario, los pequeños productores cultivan hasta 20 hectáreas, representando el 84.5% de las unidades de producción agropecuaria, mientras que los grandes productores generan hasta 100 hectáreas, alcanzando un 2.3%. La mayoría de agricultores se encuentra en la Sierra (67%).
En esta línea, Jalil Ramón subrayó que, durante la última década la recuperación económica y progreso técnico del sector agrícola y ganadero no ha sido una tarea fácil. Del 2000 al 2003, el Estado invirtió 12 millones de dólares anuales, para el desarrollo de este sector. Desde el 2007, el Estado destinó 125 millones de dólares.
Camilo Pazmiño, en su texto Agricultura: productividad y avances, explica que en el Ecuador, el 71% de la superficie agrícola se destina a cultivos transitorios como: arroz, maíz, papa y soya, mientras que el 63% corresponde a sembríos permanentes: banano, cacao, café, caña de azúcar, palma africana y plátano. Del total del área cultivada en el país, el maíz duro alcanza el 5.86%, soya el 3.84% y trigo 7%.
De acuerdo con el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones del Ecuador, existen cinco productos estrella de exportación. La producción de cacao significa el sustento de 500 mil ecuatorianos, representando el 0.40% del PIB. Del total de exportación de cacao, el 75% corresponde a fino de aroma y el 25% a otras variedades. El cacao fino de aroma ecuatoriano representa el 60% de la producción total de esta clase de cacao a escala mundial y el mayor exportador de América Latina.
PAU/pv