La Comisión de Justicia inició el tratamiento del proyecto de reformas al Código de la Niñez. Para ello, escuchó las opiniones de representantes de varias organizaciones sociales. La presidenta de la mesa, Marcela Aguiñaga, en diálogo con la prensa, dijo que velarán para que prevalezca el interés mayor de los menores en la normativa.
En efecto, el organismo recibió a personeros de grupos como “Por amor a nuestros hijos”, colectivos “Mujeres Urbanas”, “Sociedad por los derechos de la Niñez” y del Movimiento por la Niñez y Adolescencia, así como catedráticos y abogados litigantes en temas de familia.
Marcela Aguiñaga, sostuvo que la parte angular y principal del proyecto se refiere al nuevo principio de coparentalidad (corresponsabilidad), que significa que papá y mamá puedan asumir la tenencia compartida de sus hijos, en igualdad de condiciones y oportunidades, a fin de que los hijos vivan en un estado de armonía con ambos progenitores. También determina que la responsabilidad de un alimentante no es solamente ser el proveedor económico sino también de auxiliar, criar, estar con el niño y brindarle atención en su convivencia diaria, agregó.
Anunció que se desarrollará una discusión y socialización amplia con todos los sectores inmersos en la temática, tras expresar que demorarán el tiempo que sea necesario en la construcción del informe para primer debate, verificando el derecho comparado y ajustando la reforma al marco normativo constitucional y legal.
Salim Zaidan Albuja, fundador de “Por amor a nuestros hijos”, señaló que el contexto social en que se expidió el código (2003) y en el que se reformó (2009) no es el mismo del 2017, pues hay una nueva generación de padres que quieren involucrase en la crianza de los menores. "A nosotros, más que las pensiones alimenticias o cubrir las necesidades materiales, nos importan los cuidados y afectos, por lo que se trata de efectivizar la corresponsabilidad parental contenida en los artículos 69 y 83, que hablan de la crianza, manutención y educación de los niños," argumentó.
Propuso cambiar el uso del lenguaje, esto es, cambiar los términos de tenencia, visitas y pensión alimenticia, por custodia y convivencia familiar con los dos progenitores y presupuesto de manutención filial, respectivamente. Para Marcela Aguiñaga, es fundamental analizar si el apremio personal genera mayor conflicto o soluciona problemas, que la mediación esté por sobre la judicialización del conflicto, que sea una realidad la convivencia familiar, asegurando el ejercicio pleno de la patria potestad, en el objetivo que padre y madre intervengan directamente en todas las actividades del menor.
Se mostró en desacuerdo con la posibilidad de establecer la rendición de cuentas, que sería una actitud ofensiva a las madres, especialmente a las que reciben 100 dólares de pensión alimenticia; este aspecto se puede considerar para los grupos de las tablas 5 o 6, que pasan de 1.000 dólares.
"Los derechos de los niños tienen que defenderse de manera prioritaria, no la situación específica de un hombre o mujer, de un padre o madre. Debemos tener cuidado que en una reforma caigamos en la regresividad", dijo Lorena Dávalos, del Colectivo de la Sociedad Civil por los Derechos de la Niñez.
Dávalos, además, dijo que siempre hay que ir adelante, mejorar la situación de nuestros niños, de ninguna manera empeorarlos, valorando la experiencia positiva del Código de la Niñez, el cambio de paradigma, inclusive en la cultura de personas frente a un menor, puntualizó.
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