La experiencia de la aprobación de la ley de protección integral de las mujeres contra toda forma de violencia, es el tema que compartió Esperanza Martínez, parlamentaria de Paraguay, en el Foro Internacional Hacia una Ley de Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres que se desarrolla en el Salón Nela Martínez, en la Asamblea Nacional.
Tras recordar que el camino hacia la aprobación de esta ley inició en el año 2000, manifestó que este proceso se topó con similares problemas que se han presentado en Ecuador, a raíz de la discusión de este proyecto de ley.
Cuando comenzamos hablar de una violencia contra la mujer lo primero que nos decían es por qué una ley especial para las mujeres, por qué diferenciar de cualquier otra violencia y por qué no una ley integral, recordó la parlamentaria, al señalar que en su país, al igual que Ecuador “tenemos garantías constitucionales, los habitantes son iguales en derechos, el Estado garantiza los derechos y al dignidad, en resumen somos iguales hombres y mujeres”.
Agregó que Paraguay y Ecuador ha suscrito tratados internacionales que defienden los derechos de las mujeres, pero la violencia no solo que persiste, sino que sus niveles se han incrementado.
Y para demostrar sus afirmaciones exhibió titulares de prensa “Detenido por abuso”, “Asesina a su compañera”, “Acribilla a tiros a su ex esposa”, “Joven ratifica acoso” y acusa a un docente de la universidad que dice es inocente, “Nuevo caso de feminicidio”, “Brutal agresión a adolescente embarazada”.
Esta es la realidad que obliga a pensar en una ley especial de violencia contra las mujeres, no solo la doméstica, queremos avanzar, subrayó Esperanza Martínez, al advertir que hay un problema de tipo cultural, según el cual “los hombres se sienten con derecho a golpear, insultar a las mujeres o creen que tenemos que servirles”.
Niveles de violencia
Dio a conocer que en el 2016 en su país cada 11 días había una víctima de feminicidio y en lo que va del año, lamentablemente cada 7 días se registra una víctima, a la vez que señaló que la violencia doméstica es el hecho más denunciado y que el 94 % de víctimas de violación son mujeres.
Esa es la conducta que debemos romper culturalmente, insistió al expresar su preocupación porque ayer, hoy dieron a luz dos niñas y que igual situación se repetirá mañana. En el Paraguay niñas entre 9 y 14 años son madres, situación que obliga a abordar el problema que se ha convertido en una epidemia y para ello debemos combatirlo con prevención y haciendo que se empoderen las mujeres para exigir sus derechos y no permitan la violencia en la familia, en la sociedad, ni en la comunidad.
El camino de la ley
Martínez recordó que en el año 2000 se dictó la primera ley de primera generación y aborda la violencia doméstica, como un problema de familia; que en el 2007 se hizo una evaluación de la aplicación de la ley al ley y surge la necesidad de una ley de protección de mujeres contra toda forma de violencia. Se hizo un primer intento en el que trabajaron los tres poderes del Estado y organizaciones de la sociedad civil, instancia en la que se elaboró un primer borrador, pero que fue cuestionado argumentando que no se consultó a la sociedad civil.
Agregó que “recién en el 2010 comenzamos de nuevo con un acuerdo interestatal que volvía a colocar a los tres poderes y a la sociedad civil”. Cuatro años más tarde se promueven foros, reuniones y talleres, hasta que en el 2015 se elabora el borrador final que es aprobado el año pasado y entrará en vigencia el 29 de diciembre de 2017.
PV