Con la presencia de organizaciones y movimientos sociales de diferentes partes del país, autoridades de gobierno, poderes del Estado, entidades de control, parlamentarios andinos, organismos internacionales, cuerpo diplomático y asambleístas, José Serrano Salgado, presidente del Parlamento, evidenció el trabajo legislativo desarrollado durante los 9 meses de gestión.
Este evento se realizó como parte de la rendición de cuentas, del período comprendido entre el 14 de mayo de 2017 y el 15 de febrero de 2018 y su discurso lo dividió en tres partes. En la primera se refirió a la gobernanza impulsada al interior del Parlamento, con diálogo permanente, liderazgo colectivo, respeto a los criterios diversos e interacción con todas las posiciones.
La gobernanza se proyectó hacia afuera contribuyendo a consolidar la gobernabilidad del país, permitiendo demostrar “que tenemos una democracia sólida, vibrante y participativa”. Resaltó el papel de la Asamblea en la autorización para que se investigue penalmente a Jorge Glas, exvicepresidente del Ecuador y la elección de su reemplazo, que recayó en María Alejandra Vicuña.
En un segundo momento, relató el trabajo legislativo y fiscalizador. Dijo que las normas apuntaron al fortalecimiento de derechos y al desarrollo, respondiendo a las necesidades del pueblo. Enfrentó la violencia de género, el problema de las drogas y el microtráfico, así como para dar respuesta a la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes.
El Parlamento también trabajó en leyes para erradicar la pobreza y la exclusión, así como para ampliar derechos en educación, salud y estabilidad democrática. Esta última, dijo, se sustenta en la estabilidad económica y en esa razón crearon normas para generar empleo, producción, emprendimiento, crecimiento de la industria y la agroindustria. Todas ellas, alineadas a principios, al Plan Nacional del Desarrollo y a los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Pero, estos nuevos derechos no hubieran sido posible construirlos sin la participación ciudadana. La Asamblea legisló junto a la gente, a través diálogos, foros, mesas de trabajo, recepción de aportes: la mayoría transcurrieron en el territorio, lo que permitió conocer de primera mano las necesidades de la población.
En consecuencia, se aprobaron diez leyes y siete están en proceso de primer debate. Entre ellas destacó la Ley de violencia contra las mujeres, la de Semillas, de Reactivación Económica y la de paraísos fiscales.
La aprobación de resoluciones y acuerdos también es responsabilidad del Parlamento, por lo que en este período se dio paso a 44 resoluciones y 15 tratados internacionales, en temas de salud, medio ambiente, comercio y social.
En fiscalización destacó la censura, por unanimidad, de Carlos Pólit, excontralor del Estado, la autorización para que la justicia procese a Jorge Glas y el trámite de juicio político en contra de Carlos Ochoa, superintendente de Comunicación.
La Asamblea creó comisiones ocasionales para atender problemáticas y presentar soluciones al pueblo, como el tema de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes en escuelas y colegios. En este caso, se solicitó a la Fiscalía la reapertura de 80 procesos legales. Además, se refirió a la creación de dos nuevas como la que debe responder al mandato popular del 4 de febrero y otra para trabajar por la seguridad de la frontera norte. El Pleno creó otras sobre temas de seguridad vial y desaparecidos.
Por último, en su tercera parte, el Presidente hizo mención a las acciones desarrolladas casa adentro a través de las diferentes entidades que conforman el Parlamento, como la Secretaría General, Administración General, Participación Ciudadana, Escuela Legislativa y Comunicación.
En esta última área resaltó la creación de nuevos productos y la difusión de contenidos políticos, culturales, informativos, inclusivos, interculturales a través de los medios legislativos, así como la comunicación de las actividades que desarrolla la Asamblea, mediante las plataformas que dispone esta Función del Estado.
En tanto, la presencia y representación de la Asamblea en el contexto internacional, mediante órganos como la Unión Interparlamentaria, el Parlatino y la Eurolat, fueron parte de la labor de Relaciones Internacionales e Interinstitucionales.
Con esta gestión la Asamblea cumplió ante el pueblo con sus funciones de legislación y fiscalización y ha consolidado la gobernabilidad de un Estado de Derecho.
LILA/pv
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