Para la Asamblea Nacional resulta importante conmemorar los 30 años del mural, en este momento de reinstitucionalización del país: Elizabeth Cabezas

Martes, 18 de septiembre del 2018 - 21:13 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

La presidenta de la Asamblea Nacional, Elizabeth Cabezas, señaló que el maestro Oswaldo Guayasamín comprometió su trabajo y sensibilidad para denunciar los abusos de la humanidad sobre la propia humanidad y que en su obra también está muy presente esa rara belleza de la que somos capaces los seres humanos, inclusive en los más duros momentos de injusticia, sufrimiento y resistencia.

Estos aspectos están plasmados en la magnífica obra “Imagen de la Patria”, cuyo mural conmemora 30 años, donde se expresa el caudillismo, la dictadura, el intervencionismo, populismo demagógico, la oligarquía y los intereses privados, el rostro oscuro de la iglesia, así como las dolorosas marcas de un Estado en crisis permanente, que parece condenado a repetirse eternamente sus ciclos de reinvención y fracaso están siempre latentes.

Y sobre esta evidencia histórica, inalterables y eternas las víctimas inocentes de la pobreza… sus niños abandonados… sus madres dolientes, encontramos al obrero que no claudica en sus reivindicaciones necesarias, pero que parece no hallar el camino a su emancipación. Están los rostros de todas las resistencias, también las de aquellas mujeres que nos inspiran, al igual que las muy valiosas mujeres que hoy las condecoramos esta noche, como Inés Flores, Fabiola Cuvi e Isabel Robalino,  quienes han dado su vida y han dado claras muestras de su entrega en el ámbito literario y social, enfatizó Elizabeth Cabezas.

Pero también, están los rostros adustos y lejanos de los próceres, cuyas palabras -fielmente memorizadas en las aulas escolares- parecería que no se tradujeran en los valores esenciales que requerimos como ciudadanos de una República por momentos lejana y siempre frágil, agregó.

Elizabeth Cabezas dijo que para la Asamblea Nacional, resulta particularmente importante el conmemorar los 30 años de este mural, en este momento de reinstitucionalización del país, este tiempo en que es urgente convocar la conciencia cívica, en que es necesario abandonar nuestras rencillas y alcanzar un acuerdo cívico para construir y habitar –con sabiduría- esta, nuestra Patria.

Este mural lleno de significados universales, debe ser traducido, transmitido, puesto en valor de las nuevas generaciones, para que no vean en él ecos huecos del pasado, si no para que lo exploren, lo descubran, lo interpelen si es necesario; para que encuentren en él razones poéticas de sus rebeldías y cimientos profundos de sus compromisos, añadió.

Este mural, puesto aquí para que dure 1000 años, como decía el maestro, no es solamente la suma de sus partes, es un mensaje íntegro, colocado en el Parlamento del Ecuador para que los asambleístas tengamos, a diario y sobre toda acción, una premisa sólida que se resume en una sola palabra: conciencia. Simplemente… conciencia, ese conocimiento que cada ser humano debe tener sobre su propio pasado, presente y futuro para actuar en consecuencia, precisó.

La conciencia es el combustible de los valores, nos permite discernir lo correcto de lo incorrecto; lo urgente de lo inservible; la verdad del ruido; lo profundo de lo superficial ¿Cómo pretenderíamos hacer política sin conciencia? preguntó Elizabeth Cabezas al mencionar que en estos tiempos veloces en que cometemos con frecuencia el error de pensar que “la gente” que nos observa, se reduce a las frases estridentes dentro de una pantalla diminuta. Éste mural nos obliga a levantar la cabeza para recordar que la gente, el pueblo, al que juramos solemnemente servir, está en el Ecuador recóndito que siembra, que construye, que trabaja lejos de nuestras vanidades y conflictos.

En el mural nos miran -desde el pasado- los mismos niños maltratados, los ancianos olvidados, los jóvenes desaparecidos, las mujeres violentadas, los desempleados y los errantes latinoamericanos, nos observan descarnados aquellos “sujetos de derechos” a quienes tratamos de redescubrir en cada ciclo político, como si ignoráramos que están allí desde el origen de este país. Es una tragedia, repetida, acumulada, grabada en la carne del mismo pueblo, en la misma tierra. Y cuando caemos en cuenta de ello, nos estremecemos y tratamos desesperadamente de entender el mensaje oculto, la clave para el cambio y está allí, frente a nuestros ojos, solo hace falta mirar al mural, dijo.

Nos corresponde entender y asumir el valor político que nos legó el artista; comprendiendo que su mensaje no es una condena al eterno sufrimiento y compasión por nuestro destino, sostuvo

He visto esta obra cientos de veces y cada vez estoy más convencida que Guayasamín concibió su narración en paneles separados como una provocación para romper el ciclo cruel de la colonia, como una invitación a reformular nuestras versiones de la Patria, sin olvidarnos y sobre todo: sin repetirnos, insistió

Si todos los presentes nos convocamos esta noche al homenaje del mural, convoquémonos también, cada día, al compromiso por una patria feliz, próspera, ordenada, solidaria e íntegra. ¡Construyamos nosotros los motivos de la próxima generación de artistas, sembremos un tiempo nuevo, superemos la tragedia, aferrémonos a la belleza que merecemos. Es momento de trabajar con la misma pasión contenida en esta obra y dejemos un legado digno para hacer historia!, exaltó Elizabeth Cabezas.

En este acto, la Titular del Legislativo dijo que parte de esta celebración a la memoria es ofrecer a la ciudadanía, la reedición, con traducción al inglés del libro testimonial: Mirada al Mural  escrito por Edison Miño.

JLVN/pv

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ASAMBLEA NACIONAL INVITA A LA CONMEMORACIÓN DE LOS 30 AÑOS DEL MURAL DE LA PATRIA, QUITO 18 SEPTIEMBRE DE 2018

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