La formación integral de los jóvenes es un problema. Quienes se dedican al deporte de alto rendimiento tienen pocas posibilidades de continuar con sus estudios. Ese fue uno de los criterios que se expusieron en el Grupo Parlamentario de Masificación y Fortalecimiento del Deporte.
Esteban Loaiza, de la Federación Deportiva Universitaria, tiene esa apreciación. La compartió dentro del debate que lleva a cabo el Grupo Parlamentario en torno a las reformas a la Ley del Deporte que, en esta ocasión, analizó alternativas para potenciar esta actividad, a través de escuelas, colegios y universidades.
Loaiza, al igual que Héctor Valencia, presidente de la Federación Deportiva Estudiantil, ven otros inconvenientes que esperan se puedan subsanar con las reformas. El principal, la falta de recursos, por lo que no pueden organizar o participar en competencias y llevar adelante todos los procesos para la formación.
A esto le sumaron la falta de infraestructura, incentivos, acompañamiento y debilidad de la inclusión de esta actividad en la malla curricular. En las universidades, según Loaiza, no se imparte de manera obligatoria una cátedra del deporte, mientras que en las escuelas y colegios, de acuerdo con Valencia, hay falta de maestros con formación en esta área y especializados según las edades.
Pero, según el Ministerio de Educación hay avances. Su representante, Richard Pozo, manifestó que esta entidad contrata los perfiles que se requieren y que ahora la malla curricular tiene otro enfoque, que no es el tradicional militar, ni excluyente. Hoy se trabaja bajo el criterio de la formación de destrezas cognitivas, sociales y emocionales, afirmó.
Pozo también informó que se han implementado nuevas opciones, a fin de que todos puedan acceder a la educación, mediante el bachillerato virtual y el bachillerato técnico para promotores deportivos y para deportes en equipos.
A la luz de estas participaciones surgieron nuevos debates referentes al rol que debe tener el Estado. El asambleísta Jorge Corozo planteó la necesidad de analizar el papel que debe cumplir también la familia, porque no es preciso endosar toda la responsabilidad al Estado. Loaiza compartió con este criterio porque considera que cuando los padres invierten en deporte, lo hacen, además, en salud y formación integral.
LILA/pv
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