El Grupo Parlamentario de Bienestar Animal, presidido por el legislador Washington Paredes, analizó la propuesta de creación del Delfinario en Ecuador, que fuera rechazada por varias fundaciones y organizaciones que trabajan en el cuidado y conservación de estos cetáceos.
Cristina Franco, de Pacific Whale Foundation, destacó que las ballenas y delfines han cambiado la historia de nuestro país, generando importantes beneficios para las comunidades costeras. El turismo de observación (avistamiento) libre de ballenas registró, por ejemplo, en Puerto López, Manabí, la presencia de 64 mil personas nacionales y extranjeras, lo que dejó un ingreso de cuatro millones de dólares, a más del evidente crecimiento de la infraestructura hotelera y de servicios para este sector.
La actividad, que incluye a Delfines, que se ha extendido en Súa (Esmeraldas), Pedernales (Manabí), Santa Elena, El Oro, Puerto El Morro (Guayas), ha dejado una suma de alrededor de 15 millones de dólares de ingresos directos e indirectos para el Estado, siendo la tendencia de la gente el observar estos animales libres, no en cautiverio, dijo.
Cuestionó la iniciativa de crear acuarios o seudoparques marinos, al alertar que algunos biólogos han sido amenazados por demostrar científicamente que no sirve la implantación de estos parques zoológicos y que se debería pedir información a organizaciones internacionales que se dedican a estos temas.
Corriente mundial
Cristina Alarcón, de la Fundación Fauna Silvestre, sostuvo que la corriente mundial es no tener animales en cautiverio, menos aún traer especies para el entretenimiento humano, cuya situación no aporta en nada a la comunidad científica, lo que está claramente prohibido en el artículo 147 del Código Orgánico del Ambiente (COA). Recordó que Canadá y Francia han declarado una política libre de delfinarios.
Inconsistencias
Erika Latorre, del ministerio del Ambiente, aseguró que la entidad se pronunció negativamente ante la propuesta de crear un Delfinario, ya que tiene serias inconsistencias legales y técnicas, especialmente en lo que se refiere a su plan de manejo. Es más, la legislación ecuatoriana impide totalmente el uso de animales silvestres para entretenimiento, agregó.
El concepto de entretenimiento implica modificar el comportamiento natural de los animales para la aproximación con el humano, precisó.
Gratas experiencias
El legislador Washington Paredes Torres compartió su amplia experiencia como guía de turismo en Galápagos. A los visitantes les emociona el alma y el corazón al ver de cerca las gracias de los delfines, en particular cuando el denominado “pico de botella” acompaña el trayecto de los cruceros y hace ruido tratando de comunicarse, lo que es algo increíble.
MG/eg
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