El análisis de los principios, que serán lineamientos marco para toda legislación que refiera a la niñez y adolescencia, fue el tema que desarrolló este jueves la Comisión Ocasional que trabaja en las reformas al Código de la Niñez y Adolescencia.
El interés superior del niño es uno de los principios fundamentales expuestos en el debate. El criterio mayoritario fue que se mantenga el texto del actual Código, porque cumple con las directrices de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Según el Código, este principio está orientado a satisfacer el ejercicio efectivo del conjunto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; e impone a todas las autoridades administrativas y judiciales, así como a las instituciones públicas y privadas el deber de ajustar sus decisiones y acciones para su cumplimiento. Uno de los elementos que los parlamentarios buscan sostener y fortalecer es la necesidad de escuchar la opinión de los niños, niñas y adolescentes.
Para apreciar el interés superior, la norma indica que se considerará la necesidad de mantener un justo equilibrio entre los derechos y deberes en la forma que mejor convenga a la realización de sus derechos y garantías. Este principio prevalece sobre el principio de diversidad étnica y cultural. Incluso, para la presidenta de la Comisión, Encarnación Duchi, debería estar sobre los grupos de atención prioritaria, como mujeres embarazadas y personas de tercera edad.
La prioridad absoluta sobre sus derechos también fue parte del debate. Franklin Samaniego, vicepresidente de la Comisión, subrayó la importancia garantizar recursos para que exista especialidad y especificidad en la demanda de estos segmentos de la población. Coincidió con Doris Calderón y Ángel Sinmaleza en que la ejecución de las políticas públicas y la provisión de recursos, debe obedecer en prioridad absoluta a la niñez y adolescencia, no de manera facultativa, sino obligatoria.
En las reformas al Código se plantea, además, incluir principios que no constan en la norma vigente, como que los niños, niñas y adolescentes sean sujetos de derechos, en igualdad de condiciones con el resto de personas; así como el de protección especial; la participación; la especialidad; la efectividad y exigibilidad de los derechos.
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