La Comisión de Soberanía, Integración y Seguridad Integral, que preside Ramiro Narváez, recibió los criterios del Ministerio de Relaciones Exteriores, de expertos y académicos al proyecto de Código Orgánico de Seguridad del Estado, presentado por el expresidente de la República, Lenín Moreno Garcés.
En este contexto, el embajador Francisco Proaño Arandi, delegado de la Cancillería, aseguró que uno de los grandes ejes de la política exterior es articular acciones con las demás funciones del Estado, a fin de fortalecer el frente externo, de allí la necesidad de contribuir a la construcción de un Código de Seguridad.
Aseguró que en el análisis de este proyecto es fundamental considerar el avance de los diversos tipos de delincuencia internacional, como la trata de personas, el narcotráfico, coyoterismo, presencia de grupos irregulares cerca de nuestra frontera, la delincuencia organizada transnacional y los problemas derivados de la migración.
De su lado, Pablo Medina, experto en temas de defensa y seguridad, consideró necesario partir de la definición de seguridad que, en términos sencillos, comprende la calidad de estar seguro, sin riesgo. Sin embargo, pese a ser algo aparentemente tan sencillo, es un objetivo difícil de alcanzar y requiere la participación del Estado para minimizar los riesgos para las personas.
Agregó que, según la Organización de Estados Americanos (OEA), la seguridad es multidimensional y tiene una primera clasificación, que es la seguridad de sus habitantes y la seguridad del Estado. También, dijo, es importante determinar en la ley de qué manera la Asamblea ejercerá su capacidad de fiscalización del cumplimiento de las políticas públicas en materia de seguridad.
Entre tanto, Mario Pazmiño, experto en defensa y seguridad, indicó que para estudiar la temática de la seguridad es preciso iniciar con un estudio estratégico sobre las amenazas internas y externas, estas últimas a nivel regional y global, para que la norma permita contrarrestar todo tipo de riesgos.
A su juicio, las amenazas más grandes para la seguridad son, entre otras, la pobreza e inequidad; la corrupción; la inseguridad; el crimen organizado; el narcotráfico; el contrabando; la trata de personas; la crisis carcelaria; el tráfico de órganos; y, la presencia de colectivos insurgentes. Todo esto demanda de políticas de Estado encaminadas a combatir los riegos para la seguridad, tanto a nivel nacional, cuanto con la adopción de normativas de carácter internacional, enfatizó.
Para el experto Ernesto Ansieta, es fundamental considerar el contexto internacional para trabajar en las políticas nacionales relacionadas con la seguridad integral, tomando como ejemplo lo ocurrido con la pandemia por COVID-19, ya que nadie se imaginó que toda la humanidad debía estar en confinamiento y tomar medidas rigurosas para evitar el avance de la crisis sanitaria.
En esta perspectiva, Ansieta explicó que existen tres ámbitos en los cuales se debe trabajar: problemas globales, caracterizados por los conflictos sociales, la crisis económica, crisis sanitaria; problemas regionales, como la migración irregular, la crisis económica y una crisis democrática; luego, los problemas locales, marcados por la crisis social, crisis organizativa y pesca ilegal.
Al cierre de la sesión, el presidente de la Comisión, Ramiro Narváez, tras agradecer por los comentarios y observaciones al proyecto de Código Orgánico de Seguridad del Estado, destacó que estos encuentros se mantendrán, a fin de contar con los insumos necesarios para incorporar en este cuerpo jurídico aquellas temáticas que mejoren su texto. “Coincidimos con ustedes en que la seguridad se debe entender de manera integral y no circunscribirla a la defensa de la soberanía del Estado y la seguridad interna”, subrayó.
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