Asamblea Legislativa de Nicaragua rindió homenaje a Eloy Alfaro Delgado

Jueves, 23 de febrero del 2012 - 15:30 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

Al cumplir 100 años del condenable asesinato del expresidente de la República, general Eloy Alfaro Delgado, la Asamblea Legislativa de Nicaragua, rindió homenaje al “viejo luchador” en reconocimiento a su compromiso y su lucha a favor de la democracia en América Latina.

 

La Junta Directiva, al ponderar su calidad de ideólogo, ciudadano ilustre, jefe militar y la fructífera labor como presidente de Ecuador, valoró que estuvo presente en la nación centroamericana y apoyó la revolución liberal nicaragüense.

El presidente de la Asamblea Nacional del Ecuador, Fernando Cordero Cueva y la ministra Coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinoza, recibieron del titular del poder legislativo nicaragüense, René Núñez Téllez, una placa que contiene el texto del Diario de Nicaragua, órgano del gobierno de ese país, del viernes 18 de enero de 1895, que recoge el decreto mediante el cual el expresidente Eloy Alfaro Delgado, fue declarado como General de División de la República de Nicaragua, en reconocimiento a los altos merecimientos personales y a los grandes servicios prestados por él a la causa de la democracia en América Latina.

La referida placa expresa: “La Asamblea Nacional Legislativa decreta: En atención a los altos merecimientos personales del Sr. Don. Eloy Alfaro y a los grandes servicios prestados por él a la causa de la democracia en la América Latina, se le confiere el grado de General de División de Ejército de la República.

Dado en el Salón de Sesiones de la Asamblea Nacional Legislativa – Managua , 12 de enero de 1895. José Madriz, vicepresidente; Augustín Duarte, secretario.

El presidente de la Legislatura ecuatoriana, Fernando Cordero Cueva, tras resaltar la obra del expresidente, destacó que hablar de Alfaro en Ecuador siempre generó encendidas polémicas, pues en vida tuvo muchos detractores y los sigue teniendo un siglo después de su asesinato. Simpre se habla de él, jamás pasa inadvertido, sus obras han sobrevivido y han dado fe de su compromiso, no solo con el Ecuador, sino con la patria grande, que es América Latina, enfatizó.

Alfaro, con su gesta liberal, rompió con dos de los más grandes óbices para el desarrollo de una nación: el fanatismo y la ignorancia, que fueron el caldo de cultivo de muchos males que nos persiguieron secularmente, subrayó, al puntualizar que “resulta sorprendente mirar hacia atrás a través del prisma de los años y comprobar lo excelso de sus principios y su lucha para legar a nosotros un país decente y libre”.

Para la mayoría de nosotros resulta más impactante aún, el revisar las páginas de la historia y comprobar el precioso legado de compromiso y lucha que levantó el viejo luchador, con respecto a la causa americana. Debido a sus innumerables viajes, a lo largo de su vida, primero a nivel comercial y luego en sus luchas políticas, él pudo constatar, de primera fuente, los avatares y sinsabores de las nacientes repúblicas hispanoamericanas, que luchaban con denuedo por lograr la tan ansiada y esquiva verdadera libertad, recalcó.

En este sentido, continuó, vale mencionar que Alfaro, quiso pasar de las palabras a los hechos las visiones de Bolívar y Martí, -el profeta- que con tanta maestría plasmaría en sus dos ensayos, Madre América y Nuestra América: construir de todo el mundo nuevo una nueva nación.

Aseveró que Alfaro puso todo su empeño en fomentar una internacional liberal y la Primera Conferencia Panamericana, para, entre otras cosas, hacer una revisión del estado de situación de las nacientes repúblicas, la revisión y adecuación de la Doctrina Monroe y, sobre todo, la creación de un moderno derecho público internacional, para defensa y desarrollo pacífico de nuestros países hispanoamericanos.

Entre tanto, la ministra Coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinoza, expresó que la obra y el pensamiento de Alfaro están más vivos que nunca en el Ecuador, al tiempo que afirmó que “la Revolución Alfarista levantó para los ecuatorianos los cimientos de la modernidad de una nueva Patria”.

Recordó que Alfaro dispuso que para ser ciudadano ya no teníamos que percibir renta, tener dinero, ni profesar la fe católica; con la Revolución Alfarista los ecuatorianos empezamos a construir un Estado nacional, con Alfaro se acabó la obligación que tenía el Estado de recolectar los diezmos para la Iglesia; con Alfaro se combatió el concertaje de los indígenas, vigente hasta 1918 y, en la práctica, hasta mediados derl siglo XX, aquella forma de esclavitud que nos marcó como una sociedad racista y discriminatoria. Hoy, trabajamos sin tregua para erradicar esas formas coloniales de dominación, agregó.

Por último, manifestó que “con Alfaro empezó el Ecuador a mirarse a sí mismo, como un Estado moderno, como una nación democrática y pluralista. La defensa y garantía de la educación laica y de calidad es su mayor signo. Alfaro alentó la formación de los primeros gremios y sindicatos de obreros y artesanos, reivindicó la necesidad de que las mujeres se educaran y participaran en la vida pública y fueran gestoras políticas”.

PV

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