Byron Villacís, director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), presentó en el Pleno de la Asamblea, los resultados de la encuesta nacional sobre violencia de género que por primera vez se realizó en el país en 18 mil 800 hogares urbanos y rurales, en la que se identificaron los niveles de violencia a la que están sometidas las niñas, adolescentes y mujeres del Ecuador, ya sea de forma psicológica, física, sexual o patrimonial.
Informó que, según la encuesta, seis de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género, es decir, 3 millones 260 mil 340 personas. Al recalcar que 6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género, a la vez que señaló la violencia psicológica es la forma más recurrente de violencia de género con el 53,9%.
Agregó que del total de mujeres que han sufrido violencia física, el 87,3% manifiesta que la violencia ha sido por parte de su pareja y que en las provincias de Morona Santiago, Tungurahua, Pastaza se registran los más altos índices.
Precisó que en materia conyugal, en Ecuador nueve de cada 10 mujeres divorciadas han vivido algún tipo de violencia de género; así mismo seis de cada 10 mujeres, independientemente de su autoidentificación han recibido agresiones, presentándose un mayor porcentaje en las mujeres indígenas y afroecuatorianas,
Al referirse a las mujeres separadas, divorciadas y viudas, manifestó que el 30% de las mujeres se casa entre los 21 y 25 años y el 72,9% de este sector han sufrido violencia de género al vivir con los familiares de la expareja y que en el Ecuador una de cada 10 mujeres han sufrido abuso sexual antes de cumplir 18 años.
De su lado, Ana Lucía Herrera, presidenta de la Comisión de Transición para el Consejo de Igualdad, dijo que los datos presentados por el INEC son reveladores y muestran la urgencia de atender las diferentes formas de violencia de género contra la mujer.
Estoy segura que si estos datos fueran presentados a nivel de salud esto sería declarado como una emergencia y en el caso de seguridad ciudadana tendría el mismo peso, lo que hace emergente para la sociedad y particularmente para la Asamblea Nacional atender, no solamente la elaboración de leyes adecuadas para proteger a las víctimas, sino sobre todo hacer una fiscalización de cómo desde los otros poderes se está respondiendo a este grave problema, porque no puede ser asumido solo por un ministerio, ni por 34 comisarías, ni por seis casas acogidas a las víctimas de violencia.
Es un tema que nos toca a todos, dijo, al precisar que no están promocionando divorcios ni conflictos entre hombres y mujeres, ni lucha de sexos, sino que advierten que la sociedad ecuatoriana es violenta, tiene un peso cultural fuerte que discrimina a las mujeres y que hace que en esa relación de poder entre hombres y mujeres se ejerciten todas estas formas de violencia en el país.
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