La Comisión de Soberanía y Relaciones Internacionales mantuvo una sesión de trabajo con el secretario General de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), Ernesto Samper, en el objetivo de definir líneas de acción conjunta para contribuir en la profundización de los procesos de integración en la región.
En la reunión participó la asambleísta Rosana Alvarado, primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, así como el alcalde de Loja, José Bolívar Castillo.
El parlamentario Fernando Bustamante Ponce, presidente del organismo legislativo, destacó la trayectoria de Samper y la reciente inauguración del edificio sede de la UNASUR, la que al estar ubicada en Quito, Ecuador, augura una posibilidad enorme de una relación estrecha sobre todo en el proceso de integración, para avanzar en la construcción de la Patria Grande.
Manifestó la necesidad de conocer el plan de trabajo y las directrices a implementar por parte del funcionario, al cual la Asamblea Nacional podría sumarse. La integración es de pueblos y naciones e involucra no solo a los presidentes sino también a los Parlamentos, con el propósito de consolidar el sueño de Bolívar, agregó.
Este es el momento de la región
Ernesto Samper Pizano consideró que “éste es el momento de la región” y que la puesta en funcionamiento de la edificación de UNASUR, en Quito, constituyó el relanzamiento del organismo regional, el que nació como una respuesta a unas exigencias fundamentales de que ésta siguiera siendo un oasis de paz, en medio de un mundo convulsionado, también que fuera un garante de la democracia.
Las intervenciones más emblemáticas de la Unión de Naciones Suramericanas han sido para salvar la democracia en distintos países y en distintas circunstancias y para asegurar la vigencia de los derechos humanos en la región, precisó.
Dijo que su gestión se basará en tres agendas: una social, que tendrá como eje vertebrador la inclusión social, pues el problema del continente no es solo la lucha contra la pobreza sino contra las desigualdades, para acabar con las brechas existentes; una económica, que tiene que ver con la competitividad, generando políticas en materia de infraestructura, tecnología, de capacitación técnica para sumarle valor a lo que tenemos; y, una política, referida a la profundización del concepto de ciudadanía, que haga efectiva la libre movilidad de 400 millones de suramericanos a través de los 18 millones de kilómetros cuadrados que tenemos de superficie, que les permita circular, trabajar, estudiar, ejercer profesiones y la defensa de derechos por la redes consulares.
Por último, habló de la convergencia, para que la CAN, ALBA, MERCOSUR miren a un mismo lado y compartan un espacio común, además de establecer una mesa de coordinación parlamentaria. MG/pv