La presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, exhortó a la niñez ecuatoriana a ejercer su derecho a expresarse libremente, lo que está consagrado en la Constitución. En una innovación del programa de visitas guidadas a la Sede Legislativa, Gabriela Rivadeneira bajó de su despacho para recibir y conversar con alrededor de 90 alumnos, docentes y padres de familia de la escuela Emilio Abad Aguilar, de la provincia de Cañar.
Tras explicar que la Asamblea es el espacio donde se construye toda la normativa para la vida de la sociedad nacional, reiteró el objetivo de fortalecer la participación de todos y todas en el debate de temas de interés, por tanto, la propuesta que venga desde la niñez, debe encaminarse a mejorar, por ejemplo, el ejercicio de sus derechos, en la salud, educación, recreación, etc.
“Muchas veces nos dicen que los niños y niñas no pueden participar porque todavía no saben o no pueden tomar decisiones. Y, el derecho que tenemos de expresarnos y ser parte de esas decisiones es fundamental, respetando a nuestros padres y maestros. Incluso, dentro de nuestras familias debemos hacer conocer los puntos de vista que tenemos, ya que el derecho a expresarse y tomar nuestras propias decisiones nadie nos lo puede arrebatar, agregó.
Atrás queda la exclusión por diferencias
El Ecuador promueve el buen vivir, es decir, la búsqueda permanente de la paz y vivir en armonía, respetando a la naturaleza, que es nuestro equilibrio, pues nos alimenta y proporciona todos los recursos para existir, dijo, al enfatizar que la utopía de la paz y felicidad es la mayor búsqueda, como mecanismo para avanzar en el desarrollo integral del ser humano.
Antes los abuelos tenían que ocultar que eran afroecuatorianos, indígenas, cholos, montubios en razón de la discriminación. Nos discriminaban por el hecho de ser diferentes, ahora el Ecuador reconoce esas diferencias, como una de las riquezas más grandes que tenemos, subrayó.
Entre las múltiples riquezas del país, la principal es la diversidad, entonces, la mejor herencia será la de enseñarnos a convertirnos en seres humanos felices, para amar a nuestra nación y a Latinoamérica que se levanta con fuerza, concluyó la presidenta Gabriela Rivadeneira.
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