Guilherme Silva, vicepresidente de la Asamblea de Portugal, afirmó que es necesario buscar formas para lograr finanzas públicas con compromisos externos y encontrar un punto de equilibrio para darnos una oportunidad y combatir las crisis financieras, es decir, formas de estímulo para apoyar los fondos comunitarios.
En este momento necesitamos trazar líneas directrices con los países sudamericanos y emergentes para combatir las desigualdades, la situación de pobreza extrema y si no hay una buena gobernabilidad no se logrará garantizar para todos una dignidad, como dicen en Ecuador, el buen vivir para todos los ciudadanos, enfatizó.
Para lograr este objetivo, dijo, es necesario garantizar las buenas relaciones internacionales que permitan ir hacia un trabajo conjunto que permita la integración social, el crecimiento sostenible económico y donde también se debe tomar en cuenta los valores del ambiente. Llegó la hora de que las economías emergente sudamericanas, incluida España, Portugal tengamos la capacidad de gobernar para destruir la extrema pobreza, agregó.
Vicenc Mateu, presidente del Parlamento de Andorra, señaló que es importante la buena gobernanza para promover la equidad y participación para fomentar el desarrollo de los países. Hay que tomar en cuenta el impacto que ha generado la crisis económica en Europa que se trasladó a nivel mundial, siendo los sectores más débiles los que han tenido que sufrir las consecuencias de esa crisis, sin tener culpa de ello, añadió.
Puntualizó que por ello algunos gobiernos, entre ellos el de Andorra, tiene una capacidad muy limitada para hacer que sus ciudadanos no sufran las consecuencias de esta crisis.
Nosotros dependemos mucho de la demanda externa y si las economías de nuestro entorno están bien su economía va bien y si sufren una crisis nos afecta directamente. Vivimos en un mundo globalizado y abierto y de alguna forma buscamos que nuestra legislación siga esta orientación, por ello estamos emprendiendo un cambio muy importante en la legislación, con la finalidad de abrir al mundo las inversiones extranjeras, con intercambio comercial y económico, por lo que animó a todos los países para que piensen en Andorra como un interlocutor para hacer negocios y compartir todo tipo de experiencias y oportunidades.
JLVN/pv
