Jaime Abril propone a sectores urbano marginales de Colombia trabajar en una reforma integral para acceso democrático y equitativo de la tierra y agua

Lunes, 01 de agosto del 2011 - 15:10 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

El presidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria, Jaime Abril, al dictar una conferencia sobre las experiencias de Ecuador en la lucha contra el hambre, en Colombia, señaló que entre las políticas sociales que ha implementado nuestro país para erradicar el hambre en nuestros pueblos se encuentra el manejo adecuado y técnico de semillas, promover el uso de energías limpias, agroecología y agroindustria, basados en políticas de Estado para implementar una distribución del agua y atierra, a fin de acabar con la privatización de las mismas.

 

Además, el apoyo a los indígenas y campesinos con capacitación, crédito preferencial, canales de riego, seguro de protección a sus productos frente a los desastres naturales, tecnología moderna, para lograr competitividad con el resto de países desarrollados, aspectos que se encuentran establecidos en la Constitución del Ecuador, en su artículo 281.

La intervención del asambleísta Abril fue dirigida a las organizaciones urbano - marginales de Colombia denominada SALSA (Soberanía Alimentaria, Seguridad y Autonomía de Colombia) quienes defienden la alimentación sana y variada con productos elaborados y cultivados gracias al saber de los campesinos.

En este marco invitó a los campesinos y miembros de los sectores urbano marginales a trabajar en una reforma legal integral que sea la vía para el acceso democrático y equitativo a la tierra y agua.

Indicó que es necesario reconocer el agua como un patrimonio social especial, debido a su carácter de recurso natural estratégico, relacionado con la vida, la soberanía y la seguridad alimentaria, la biodiversidad, la cultura e interculturalidad de los pueblos; teniendo como ejes centrales de esta reforma además, la democratización del acceso a la tierra, la racionalización de la propiedad agraria que procurará asegurar un tamaño óptimo, legislando y haciendo propuestas concretas sobre el tamaño del latifundio por región, y reagrupar e integrar los minifundios, teniendo como base, la autonomía alimentaria que es el derecho a ejercer control sobre el agua, las semillas, tierra y territorio pero también el derecho a controlar el ejercicio de la comercialización y producción de alimentos que garanticen precios justos y de buena calidad nutricional y amigables con el planeta, no a los transgénicos.

Según los integrantes del grupo SALSA experiencias de países amigos como Ecuador, les permitirá construir junto con los campesinos un concepto importante de lo que significa la soberanía alimentaria; no es comer por comer cualquier cosa, sino se habla de políticas que garantizan seguridad y soberanía alimentaria, es decir, qué tipo de alimentos consumimos.


JLVN/pv

 

 

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