El presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero Cueva, recibió la visita del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien expresó su solidaridad y apoyo a la democracia constituida en el Ecuador.
Durante el diálogo, tanto el Premio Nobel de la Paz, cuanto el Presidente del Legislativo coincidieron en la necesidad de abrir las instancias de diálogo con todos los sectores sociales a fin de consolidar la democracia para vivir en paz.
Hay que reconocer que en el Ecuador y América Latina no hay sociedad ni democracia perfecta, pero son perfectibles, pues la participación social es de vital importancia tomando en cuenta que somos los responsables de la sociedad en que vivimos, precisó Adolfo Pérez, al señalar que es injustificable, desde todo punto de vista, el levantamiento de la Policía, el pasado 30 de septiembre, cuya lectura a nivel latinoamericano, fue un claro intento de golpe de estado.
Qué importante el apoyo de los países a nivel mundial y de los parlamentos que de manera inmediata respaldaron a Ecuador, al poder constituido de Rafael Correa y sus instituciones, rechazando de plano el intento de golpe de Estado, porque sería un retroceso terrible para América Latina, subrayó.
A criterio del Premio Nobel de la Paz, la Policía, no solo de este país sino a nivel mundial, necesita reformas profundas a nivel educativo y de formación para que entienda que está al servicio de la sociedad y el país, al tiempo que afirmó que la Asamblea Nacional es la llamada a fortalecer las instituciones democráticas, por tanto, debe abrir instancias de diálogo con todos los sectores sociales para afirmar la institucionalidad.
De su lado, Fernando Cordero, al agradecer la visita de Adolfo Pérez y su apoyo a la democracia constituida subrayó que el diálogo tiene que ser bilateral, sin necesidad de la intermediación, cuya finalidad común debe ser eliminar las trabas y luchar por un país unido y en democracia.
Indicó que éste gobierno es la consecuencia de 30 años de lucha social en el país, a la vez que advirtió que los hechos del 30 de septiembre constituyen un intento de golpe al corazón de América Latina, considerando que el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, preside la Unión de Naciones Suramericanas y desde aquí se busca integrar a todos los parlamentos latinoamericanos y por ello la inmediata reacción mundial, en menos de 24 horas en defensa de la democracia.
La democracia que se está generando en el Ecuador es perfectible y es una tarea de todos, no solo del Gobierno Nacional, de la Asamblea o de los movimientos sociales, concluyó.
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