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Aprobamos un proyecto que no solo representa una respuesta firme frente a la delincuencia y la economía criminal, sino que también refleja el compromiso real que tenemos con ustedes, con nuestras comunidades y con el futuro de nuestro país.
Sabemos que la seguridad no se construye con promesas, sino con decisiones valientes y acciones concretas. Por eso respaldamos esta iniciativa que fortalece el trabajo de las instituciones, protege a las familias ecuatorianas y sienta las bases de un Ecuador más justo, más fuerte y más unido.
Estamos aquí para servir, para escuchar y para actuar. Seguimos firmes en nuestra lucha por devolver la paz a nuestros barrios y construir #ElNuevoEcuador que soñamos.
Dominique Serrano: Voz joven, corazón del pueblo
Nacido en la ciudad de Quito, centro Sur de la Capital del Ecuador el 17 de diciembre de 2005, Dominique Serrano es mucho más que uno de los asambleístas más jóvenes del Ecuador. Es el reflejo de una nueva generación que decidió dejar de esperar y comenzar a actuar.
Desde pequeño supo que su camino estaría ligado al servicio y al esfuerzo. Amante de la cocina, se formó como Chef profesional, pero su sed de justicia lo llevó a las aulas de la Universidad de Las Américas, donde actualmente cursa la carrera de Derecho, convencido de que la educación es la herramienta más poderosa para transformar realidades.
Su incursión en la política no fue casual, fue inevitable. Cansado de ver cómo las autoridades daban la espalda al Sur de Quito, decidió levantar la voz por los barrios olvidados, por los jóvenes invisibles, por las familias vulnerables que luchan día a día sin ser escuchadas. Fue en 2025 cuando, impulsado por su compromiso y convicción, aceptó el reto de postularse a la Asamblea Nacional por la provincia de Pichincha, respaldado por el movimiento ADN, que abrió sus puertas a una nueva política: joven, honesta y sin ataduras.
Dominique Serrano representa la fuerza de quienes no nacieron con privilegios, pero sí con sueños. Exjugador de baloncesto, sabe lo que significa jugar en equipo, caer y levantarse, luchar punto a punto. Y así como en la cancha, hoy batalla en el Pleno Legislativo con la misma entrega, alzando su voz por quienes no tienen una.
Su bandera es clara: los jóvenes, los pobres, los olvidados. Su lucha es diaria. Su causa: EL PUEBLO.
