Traficar personas. Venderlas. Esclavizarlas. Parece una triste rememoración de la época esclavista del siglo XVI. Pero no. Ocurre ahora con millones de seres humanos. Es la esclavitud del siglo XXI. “La trata de personas o tráfico de personas es el comercio ilegal de seres humanos con objetivos de esclavitud laboral, mental, reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma moderna de esclavitud contra su voluntad y el bienestar del ser humano”.
Según la ONU, doscientos cincuenta millones de personas viven en situación de esclavitud. Ciento cincuenta millones de ellas son niños-as. Las víctimas son las mismas que hace siglos, seres humanos que viven en situación de esclavitud: explotación sexual, salarios ínfimos, servidumbre por deudas, reclutamiento forzoso, niños trabajadores, matrimonios forzados,etc. Adopta muchas formas y no conoce fronteras. De hecho, prácticamente todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas.
Lamentablemente este delito no es sancionado drásticamente en muchas sociedades y estados y los tratantes de personas actúan muchas veces con total impunidad.
El pasado 30 de julio la Comunidad Internacional realizó acciones pues es el Día Mundial contra la Trata, día necesario para «concienciar sobre la situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y proteger sus derechos».
Particularmente los refugiados y los migrantes son colectivos que enfrentan un calvario y corren grandes riesgos al emprender viajes peligrosos a los que tal vez no sobreviviraìn, cayendo muchas veces en redes de trata.
Frente a ello debemos fortalecer en el pais la agenda política y jurídica contra este mal, con acciones de prevención, investigación, sanción y combate permanente y sistemático a este execrable delito.
A la vez requerimos acciones eficaces de coordinación internacional de todos los estados para acabar con la delincuencia organizada que por dinero y poder sostiene la inhumana y vergonzosa trata de personas. Particularmente sensibles son las zonas de frontera y los flujos migratorios masivos.
Solo con un enfoque integral de derechos humanos asumido de manera concreta por los estados, podremos hacer frente a este flagelo del siglo XXI. (O)
Asambleísta por la provincia del Azuay | Integrante de la Comisión Del Desarrollo Económico, Productivo y la Microempresa | Visita mi Perfil
