“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” Mandela.
Próximos al inicio de un nuevo año lectivo en la sierra, bien vale colocar algunas reflexiones sobre la trascendencia de la educación para la sociedad.
Es innegable que ésta es uno de los factores que más influye en su progreso. Además de los conocimientos, la educación enriquece la cultura, los valores y todo lo que nos hace humanos.
No existe país alguno que haya llegado a ser desarrollado sin una sólida plataforma de educación.
Como dijera también Amartya Sen, la educación permite la expansión de capacidades y libertades humanas. Si un país quiere garantizar calidad de vida de sus habitantes, debe invertir en educación básica para todos sus ciudadanos-as.
Evaluando a nuestro país, podemos afirmar que mejoramos notablemente en la última década. Según el Laboratorio Latinoamericano de la Evaluación de la Calidad de la Educación (LLece) perteneciente a la Unesco, Ecuador mejoró en todas las variables empezando por universalizar la cobertura de educación básica, igualdad de acceso para hombres y mujeres, calidad y evaluación docente, mejora de infraestructura, incremento de laboratorios y tecnologías, atención en la oferta educativa a los quintiles más bajos de la población. También mejoramos los resultados en todas las áreas evaluadas (Lenguaje, Matemáticas y Ciencias Naturales) y nos ubicamos entre los países que más avances tuvieron, si se compara los resultados del Tercero, con el Segundo Estudio Explicativo y Comparativo (Serce), realizado en 2006, donde Ecuador estuvo entre los tres países de la región con peor desempeño educativo.
La base de este salto cualitativo está en haber más que triplicado la inversión presupuestaria, en cerrar brechas de acceso como los famosos cobros de aportes en la educación pública, en la entrega de uniformes y textos gratuitos, a más del desayuno escolar. Así mismo, la evaluación docente y la mejora sustancial de sus salarios, así como la creación de estándares de aprendizaje, actualización y fortalecimiento curricular.
Si a ello sumamos los cambios en educación superior y los miles de becarios universitarios en el exterior podemos sentirnos orgullosos de los pasos dados y convencidos enfáticamente de que no podemos retroceder en ninguno de estos factores: presupuesto, calidad y eficiencia, infraestructuras, etc.
Aún queda mucho camino por recorrer pero ya sabemos que estamos en el rumbo correcto.
Feliz vuelta a clases! Que se cumpla el precepto de William Butler: La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego.
https://www.eltiempo.com.ec/noticias/columnistas/1/educacion-opinion-2018
Asambleísta por la provincia del Azuay | Integrante de la Comisión Del Desarrollo Económico, Productivo y la Microempresa | Visita mi Perfil
