La razón y la justicia están del lado de los cañicultores, porque durante 7 años han estado sometidos al régimen de los dueños de los Ingenios que pretenden burlarse del Ecuador escondiendo la gigantesca utilidad que obtienen del negocio de la caña de azúcar, sin declarar la rentabilidad de los subproductos industriales como el papel que elaboran del bagazo y el etanol que venden a Petroecuador. Los Ingenios reciben combustible subsidiado, energía eléctrica subsidiada, de suerte que ellos no están expuestos a los vaivenes del mercado de insumos agrícolas ni de los precios del petróleo.
Por el contrario los pequeños y medianos cañicultores son rehenes de los dueños de los Ingenios. Los cañicultores están obligados a cumplir las condiciones leoninas que imponen en los contratos los dueños de los Ingenios.
Por esas razones y las de carácter jurídico que constan en la solicitud que envié a secretaría de la Comisión de Soberanía Alimentaria, elevé a Moción que la Comisión de Soberanía Alimentaria emita un Acuerdo en los términos que he planteado y que puede ser enriquecido con el aporte patriótico y solidario de los demás miembros de la Comisión.
Joven empresario y visionario, nacido en el Cantón Buena Fe el 30 de mayo de 1995, en el seno de una familia trabajadora por excelencia, llena de agradecimiento por la tierra que vio crecer a cada uno de los integrantes de la misma, personas con valores y determinación que pese a las adversidades salieron adelante. A través de los años he sido participe directo de esa realidad creyendo firmemente que la capacidad de superación es una de las cualidades más importantes para todo ser humano. Es por ello que me considero capaz de enfrentar cualquier reto y hoy he asumido con responsabilidad la bondadosa elección que han realizado en las urnas los fluminenses para la representación de mi provincia como Asambleísta por Los Ríos.
