Por disposición de la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori Abarca, se retiraron las vallas que rodeaban hace más de un año el Palacio Legislativo, mismas que afectaban el entorno comercial y económico de las construcciones aledañas y de los negocios que se desarrollaban en el sector; ahora las plazas, pasos peatonales y el bulevar cívico están abiertos nuevamente a la ciudadanía, con el fin de mantener un mayor contacto con los ciudadanos, escuchar sus propuestas y sugerencias, así como sus necesidades para plasmarlas en las “Leyes para la Vida” que se construyen en la Asamblea. “Esta decisión se la tomó pensando siempre en el bienestar de las y los ciudadanos, porque esta nueva Asamblea es de puertas abiertas”, indicó la presidenta.
Ricardo Reinoso, jefe de operaciones de la Escolta Legislativa, manifestó que por disposición de la titular del Parlamento, se retiraron las vallas que rodeaban la Asamblea Nacional, las cuales fueron colocadas desde las marchas de octubre de 2019. Además, señaló que el personal policial durante este tiempo ha resguardado las instalaciones y recalcó que el paso será solo peatonal, queda restringido el acceso vehicular.
Por su parte, Alberto Moreno, habitante del sector aplaudió la iniciativa y dijo que esto beneficia a los vecinos y ciudadanos que tenían restricciones para transitar, y también ayuda a reactivar la economía de los negocios de los alrededores del Palacio Legislativo.
Así mismo, María Vergara indicó que se siente feliz de ver el lugar sin vallas y tiene la seguridad de que con este libre acceso su negocio va a resurgir y con ello tendrá mejores ingresos para su familia.
La ciudadanía recupera un espacio público al que tienen derecho para el sano esparcimiento y transitan sin ningún obstáculo por la calle Piedrahita y el Bulevar Cívico, un espacio de cultura y recreación, que hay que cuidar y proteger.
Guadalupe Llori, quien es la cuarta mujer en asumir la Presidencia de la Asamblea, es abogada de los tribunales y juzgados de la República. Inició su vida política en el 2000, cuando accedió a la alcaldía de Puerto Francisco de Orellana, capital de la provincia de Orellana, por el movimiento Pachakutik. Su gestión estuvo centrada, principalmente, en mejorar el área de salud. Cuatro años más tarde, fue electa prefecta de su provincia. Posteriormente, fue reelecta para dos periodos.
