Una de las características del poder, cuando está alejado de la ciudadanía que lo legitima, es su vocación de encierro.
Fue así como el antiguo Congreso Nacional se blindaba tras las paredes del Palacio Legislativo, donde los diputados se encriptaban en componendas y negociaciones con los grupos económicos, para emitir leyes que favorecían de manera exclusiva a sus asociados.
La gran diferencia se inauguró con la Constituyente de Montecristi, cuando colectivos de la más diversa índole llegaron con sus propuestas para construir la Carta Magna que marcó el inicio de un nuevo pacto social en el Ecuador.
Y en el sentido de la continuidad fundamental con ese proceso, con el mismo espíritu, la Asamblea Nacional mantiene abiertas sus puertas para recibir a la ciudadanía y las organizaciones, porque la participación en la construcción de las normativas, es para nosotros un mandato fundamental.
Pero incluso más allá, con la conciencia de que la Asamblea es la Casa de los 16 millones de ecuatorianos, este nuevo período estará marcado por la movilización. No somos ya una montaña inmóvil o un enclave inaccesible, sino un espacio de encuentro con todos los territorios, con sus sueños, esperanzas y necesidades.
Por eso, estamos cumpliendo ya, desde los primeros meses de gestión, una intensa agenda en territorios, con las Comisiones Permanentes, con el Consejo de Administración Legislativa CAL y con también con el Pleno de la Asamblea.
Y esta modalidad de trabajo se realizará de manera periódica, para ampliar los espacios de participación directa, lograr una mayor incidencia legislativa en el desarrollo local y cumplir también en los territorios con la fiscalización que es atribución de esta Función del Estado.
A la ciudadanía nos debemos y en primera instancia a las poblaciones más vulnerables, y por eso la primera sesión del CAL fuera de Quito fue en Pedernales, donde se ubicó el epicentro del terremoto de abril del 2016, para atender los requerimientos legislativos de la población y aunar esfuerzos en la labor de reconstruir no solamente los espacios físicos, sino fundamentalmente el tejido social, los planes de vida de los ciudadanos y la planificación sectorial de los cabildos.
Hace poco más de un año, una fuerza de 7.8 grados en la escala telúrica prácticamente devastó la ciudad; y así como acudimos de manera inmediata para ayudar en la emergencia con toda la fortaleza del Ministerio del Interior, en esta ocasión convocamos al CAL para atender de manera cercana las necesidades normativas de esta etapa de la reconstrucción, recibir en comisión general a representantes de camaroneros, pescadores artesanales, transportistas y del sector turístico de la zona y reconocer la valentía y el impulso creativo de Pedernales, que se ha convertido en el símbolo de un país que se sobrepone a todas las dificultades, con solidaridad y acción colectiva.
Y para honrar a Guayaquil en sus fiestas julianas, convocamos a los 137 Asambleístas a la Perla del Pacífico para sesionar, no en un palacio, sino en el Colegio Réplica “28 de mayo”, construido en Monte Sinaí, cumpliendo con la premisa de atender como prioridad a las poblaciones más necesitadas. Y cumplimos una amplia agenda, que incluyó reuniones con grupos productivos y dirigentes barriales, para compenetrarnos con las problemáticas que enfrentan, programar las acciones que se desarrollarán desde el Parlamento para fortalecer a cada uno de los sectores y profundizar el sentido de colegislación que nos impulsa como representantes del pueblo ecuatoriano.
Es así como la Asamblea rompe con los formalismos del poder y con las costumbres del antiguo Congreso, para propiciar una participación protagónica de la ciudadanía en la toma de decisiones y en la planificación de la agenda legislativa y de fiscalización, porque la mejor manera de homenajear a Guayaquil es trabajando por su gente.
Las Comisiones trabajan ya en territorios para cumplir el mandato constitucional que determina que la soberanía está en el pueblo. Es así que la Comisión de Biodiversidad se trasladará a la Amazonía y próximamente la Comisión de Participación Ciudadana sesionará en Orellana.
Así entendemos en esta nueva Asamblea la consigna de la movilización, para afianzar la democracia real, y responder con eficiencia legislativa a las necesidades de todo el país.
Y cumplir con la voluntad expresada en la Constitución de Montecristi de respetar, en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades, y promover el desarrollo equitativo y solidario de todo el territorio nacional.
Asambleísta Nacional | Presidente de la Comisión De Justicia y Estructura del Estado | Movimiento Patria Altiva i Soberana. Visita mi Perfil
