En el Presupuesto General del Estado se leen las prioridades de las políticas públicas.
A finales del siglo XX, las políticas económicas favorecieron la banca ante su desequilibrio, y el congelamiento de ahorros le costó al país 8.600 millones de dólares, junto a una crisis que provocó la migración de tres millones de ecuatorianos, y la caída hacia una pobreza real de casi el 40% de la población. Ese era el esquema corrupto de favorecer el capital por encima del dolor de las familias, de los costos monetarios y los otros costos fundamentales, los de las separaciones, las migraciones, la pérdida de sueños de toda una vida.
Pero hace diez años, en Ecuador el ser humano es el centro de todas las políticas públicas, y así se traduce en el Presupuesto General del Estado. Y eso no ha cambiado en las proyecciones vigentes hasta los últimos meses del 2017.
En este período se cubrió el déficit que teníamos de más de 40 años, especialmente en la así llamada “deuda pública”.
Hoy en todos los sectores estamos dentro de los estándares de la región y en algunos casos entre las mejores cifras, en salud, educación, educación superior, conectividad, inversión en tecnología, energía, acceso a servicios públicos gratuitos, en desarrollo de talento humano, en garantía de derechos, en cobertura ante desastres y seguridad integral.
Y también hace diez años que un sector de la política intenta poner como gasto lo que es inversión en derechos. Eso tampoco ha cambiado en el escenario político actual.
Pero la ciudadanía es la que define en las urnas y este proyecto que cumple con su palabra demuestra esa lógica en el Presupuesto, porque hoy en Ecuador los derechos son la mayor fortaleza de nuestra democracia, y la ciudadanía no va a permitir retrocesos.
En las bancadas del antiguo Congreso y desde entonces, un sector de la política decía y dice que es imposible tener educación obligatoria o salud de calidad gratuita, sin quebrar al Estado. Y ahora argumentan con las mismas palabras que no se pueden mantener esos servicios, esas obligaciones que ya son una realidad.
Pero hemos demostrado que sí podemos tener desarrollo económico, lo que es innegable, desarrollo presente, lo que también es evidente, y sobre todo proyección a futuro. Porque por primera vez en el Ecuador tenemos una generación que ha crecido en ejercicio de sus derechos, y eso va a marcar la gran diferencia de la historia.
Ya Ecuador no está entre los países más empobrecidos del mundo o entre una lista de Estados casi fallidos. Hoy la Patria está de pie y con sus capacidades fortalecidas.
Y eso ha sido posible gracias a las cifras de un Presupuesto que ha mantenido proyección de largo plazo y la promoción de un desarrollo integral, humanista y consciente.
Por esa consecuencia, el bloque de Alianza País votó para aprobar el Presupuesto para los meses que restan del año 2017. Porque garantiza con la inversión necesaria en salud y educación en todos los niveles como prioridades nacionales, porque cumple con la consideración de priorizar al ser humano y los derechos ciudadanos.
Y debemos reconocer la consecuencia de las bancadas de oposición que hace diez años no votan a favor de estas prioridades en el Presupuesto, pero esperamos que los grandes objetivos nacionales convoquen las voluntades al diálogo, para cumplir con las nuevas metas que son la voluntad democrática de la ciudadanía, el derecho a la vivienda digna y al cuidado del Estado durante todo el ciclo de vida.
Desde otra lectura y en el contexto de los diez últimos años, ese documento demuestra la situación real del país. Con crecimiento y derechos garantizados, se ha mantenido y fortalecido la dolarización, y nuestra macroeconomía ha sido estable incluso durante los años más duros. En este momento el Presupuesto demuestra evidentes signos que nos permiten ser optimistas, porque a pesar de todo lo ocurrido, el país salió fortalecido y lo hicimos sin afectar la economía de las grandes mayorías, sin hacer esos paquetazos que otros sectores ven siempre como única solución.
Hay indicadores positivos para los próximos 4 años. Aumenta crecimiento, disminuye déficit, baja deuda, suben las inversiones. Y la deuda no supera el 30% del PIB, algo completamente manejable en nuestra economía.
Y se ratifica claramente la política pública humanista, porque de los 7 Consejos Sectoriales, el Consejo de lo Social es el que más fondos percibe con el 54.2% , es decir 7.703 millones.
Esa es la diferencia, mientras en el pasado se gastaban de bolsillos ajenos 8.000 millones, hoy se invierte en crecimiento social casi la misma cifra.
Con la aprobación de la proforma presupuestaria 2017, reiteramos nuestro compromiso político por salvaguardar el correcto rumbo de la economía nacional.
Garantizamos los derechos consagrados por la democracia ecuatoriana y la voluntad de la ciudadanía expresada en las urnas, de continuar con estas políticas.
Asambleísta Nacional | Presidente de la Comisión De Justicia y Estructura del Estado | Movimiento Patria Altiva i Soberana. Visita mi Perfil
