Mi primera intervención en el Pleno: una ley que protege a todos los ecuatorianos.
Hoy tuve el honor de tomar la palabra por primera vez en el Pleno de la Asamblea Nacional. Empecé deseando bendiciones y éxitos a nuestras autoridades, a mis colegas asambleístas y a todos quienes formamos parte del primer poder del Estado. Estar aquí es una responsabilidad enorme, y le agradezco a Dios por permitirme servir a mi país.
Mi intervención fue sobre un tema que nos toca a todos: la Ley de Protección a los Derechos de las Personas Consumidoras y Usuarias. Esta no es una ley cualquiera. Esta norma busca garantizar que ningún ecuatoriano sea engañado o ignorado al momento de pagar por un servicio, un producto o firmar un contrato.
Porque sí, la economía también se basa en la confianza. Y cuando un ciudadano siente que la ley lo respalda, esa confianza crece. Esta ley busca precisamente eso: que la persona común, la que trabaja duro cada día y paga sus servicios, sepa que su voz importa.
El Ecuador no puede quedarse atrás. En el mundo ya se avanza en normativa para proteger a los consumidores. Necesitamos publicidad honesta, precios justos y productos de calidad. No se trata solo de legislar, se trata de cuidar la dignidad de nuestra gente.
Mi mensaje fue claro: la dignidad del ciudadano no se negocia. Seguiremos trabajando por un país más justo y transparente.
Soy Alejandro Lara Pérez, asambleísta por Tungurahua para el periodo 2025-2029. Nací y crecí en Huachi Grande, una parroquia rural de Ambato donde aprendí, desde pequeño, el valor del esfuerzo y del trabajo honesto. Mi vida ha estado marcada por la constancia, el sacrificio y, sobre todo, por el profundo compromiso con mi tierra y su gente.
A los 16 años ya ayudaba a mi madre en nuestro restaurante familiar, y durante la pandemia, me convertí en repartidor para sostener a mi familia. Como muchos ecuatorianos, migré a Estados Unidos buscando nuevas oportunidades, pero el amor por mi país fue más fuerte. Regresé con la convicción de que aquí también se puede construir un futuro digno, sin tener que dejar atrás nuestras raíces.
Me formé como Ingeniero Civil en la Universidad Técnica de Ambato, y he trabajado en proyectos de agua potable, saneamiento y estructuras, tanto en el sector público como en el privado. Conozco de cerca las necesidades de nuestras comunidades rurales, y por eso decidí dar un paso más: servir desde la Asamblea Nacional.
No soy un político tradicional. Vengo del barrio, del trabajo diario, de la calle, y represento a una nueva generación que quiere hacer política de forma distinta: con propósito, con cercanía, con ética. Estoy aquí para alzar la voz por los jóvenes, los migrantes, los agricultores y cada tungurahuense que merece ser escuchado.
Creo firmemente que la política debe servir a la gente, no a intereses personales. Me inspira el campo, la gente que se esfuerza cada día, y la esperanza de un Ecuador más justo, donde nadie tenga que marcharse para salir adelante.
Mi compromiso es claro: construir desde la raíz, legislar con propósito y devolverle la confianza a la ciudadanía.
