En Ecuador 60 de cada 100 mujeres han sufrido de violencia de género, 33 de cada 100 han sufrido violencia sexual, 43 de cada 100 han sido víctimas de violencia en su entorno familiar. En Fiscalía se reportan 38 casos de violación por día y eso solo representa el 27% de las cifras reales, 7 niñas menores a 14 años dan a luz víctimas de violación de un adulto conocido, 8 de cada 100 embarazos en adolescentes terminan en aborto.
Estas cifras lo que revelan es que las mujeres vivimos en un permanente estado de violencia gracias a que hay un orden social basado en la superioridad de valores masculinos en decremento de la mujer y ese orden se llama patriarcado. Que garantiza el dominio y control del 50% de la población del mundo entero que somos las mujeres.
La forma en la que el patriarcado ejerce su poder es a través de la violencia que se manifiesta de múltiples formas, la más execrable la violencia sexual. La violación es la forma más denigrante de ejercicio de poder y donación que se ejerce contra una mujer, porque atenta contra sus derechos reproductivos y su sexualidad y muchas de estas violaciones terminan en embarazo. En una sociedad patriarcal, el riesgo que una mujer sea violada es permanente, así como de quedar embarazada en contra de sus derechos.
En la Ley Orgánica que Garantiza la Interrupción del Embarazo para Niñas, Adolescentes y Mujeres en Caso de Violación, podría estar la respuesta a las altas tasas de embarazo, abortos y muerte que se registran en el país. Debido a que el aborto hace poco era penado, muchas mujeres se lo realizaban de forma clandestina, siendo sometidas a altos riesgos, incluidos la perdida de la vida y este es un gran problema de carácter público en el que nos enfrentamos a un problema de salud pública.
Un fallo de la Corte constitucional ya despenalizo el aborto en abril del 2021, antes de esas fechas las niñas, adolescentes y mujeres que se embarazaban eran obligadas a continuar con sus embarazos y si abortaban eran criminalizadas, la sentencia de la corte no es un favor es una dispersión para en algo resarcir a una mujer violada.
