La mañana de este martes, 10 de octubre de 2017, el Pleno de la Asamblea Nacional, llevó a cabo su sesión 476, en la que se debatió el Proyecto de Ley Orgánica Reformatoria a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), en el marco del primer debate.
Para la asambleísta Soledad Buendía, vocal primera del Consejo de Administración Legislativa (CAL), “la educación de nuestro país ha pasado por varios períodos de transformación que se han forjado a base de luchas y conquistas sociales y políticas, que hoy se han internalizado y forman parte de la noción misma que tenemos de lo que la educación superior debe ser”.
Para Buendía esto no siempre fue así, por ello recordó la importancia del papel de la LOES y de la Constitución de Montecristi en este proceso de transformación en la que se consagró la gratuidad de la educación hasta el tercer nivel, siendo así el retorno de la educación como un bien público, como un derecho. Aclaró que antes de “esta importante conquista, incluso la educación pública era un lujo, pues los cobros indebidos estaban a la orden del día, y como tampoco había un sistema de evaluación de calidad, el aprendizaje era todo un reto, en aulas abarrotadas y con profesores sin estudios de cuarto nivel; la investigación no era siquiera parte de la agenda de la universidad ecuatoriana”.
La legisladora puntualizó que, debido a estos y varios problemas más que se presentaban en aquel sistema de educación, la LOES planteó 7 principios que guiarían lo que es actualmente el sistema de educación superior ecuatoriano, estos son: la autonomía responsable, el cogobierno, la igualdad de oportunidades, la calidad, la pertinencia, la integralidad del sistema y la autodeterminación para la generación del conocimiento.
Sobre la autonomía universitaria indicó que “debemos abandonar dogmas y abordar el debate de una manera técnica, asumiendo que sin autonomía responsable no existe universidad y sin cogobierno no existe autonomía, pues sin cogobierno se diluye el espíritu democrático de la universidad. La autonomía no puede ser el pretexto para elitizar el acceso, al contrario, debe ser la herramienta para democratizarlo.
Finalmente, recalcó que el debate debe centrarse en fomentar mecanismos de autogestión y vinculación productiva, en una mejor autonomía y un permanente enfoque hacia la excelencia y recordó a los demás legisladores que la responsabilidad del sistema educativo es de todos y que no se puede exigir a la universidad sin darle los medios económicos, administrativos y legales para que cumpla sus fines.
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