UNA CIUDAD DOS REALIDADES

Miércoles, 02 de octubre del 2013 - 15:06 Imprimir

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Discurso de la Asambleísta, Adriana De la Cruz Gaspar en la Sesión No. 255, del Pleno de la Asamblea Nacional; el martes 1 de octubre de 2013, durante el Segundo debate donde se aprobó el Proyecto de Ley Reformatoria a la Ley de Legalización de la Tenencia de Tierras a favor de los moradores y posesionarios de predios, que se encuentran dentro de la circunscripción territorial de los cantones Guayaquil, Samborondón y El Triunfo. “Le mostrare el miedo en un puñado de polvo” T.S. Eliot.

No podría dejar pasar la oportunidad para felicitar al Gobierno Nacional por la iniciativa que nos devuelve la dignidad, esperanza y los sueños de tener una casa propia y digna de nuestras  familias de Monte Sinaí.

Así también quiero felicitar a la comisión que trabajo en la reforma a la Ley 88.

Camine por varias ocasiones por este sector entre nubes de polvo, observando la necesidad, la falta de servicios básicos y escuchando las lamentaciones de muchas personas que en su mayoría eran madres solteras, buscando contar con un lugar seguro y digno para sus hijas e  hijos.

Es necesario saber que desde la segunda mitad del siglo XX y hasta la actualidad se han producido permanentes procesos de ocupación y apropiación ilegal  de tierras agrícolas, periféricas o urbanas, públicas o privadas, por parte de grupos sociales empobrecidos, provenientes del campo unos, otros con experiencia de vida urbana, en fin de conformar asentamientos donde puedan cristalizar  su sueño de la casa propia. Las y los invasores siempre han contado con el apoyo adecuado y remunerado de promotores inmobiliarios informales y de mafias de traficantes de tierras, que generalmente han sido guardaespaldas de dirigentes políticos populistas y clientelares, vinculados  contingentemente a los partidos políticos en apogeo de cada momento.

Por fin se terminó con el oportunismo, abuso y la explotación; que encontraba su nicho en la necesidad de las personas que buscaban tener un terreno propio y que esto era aprovechado por los traficantes de tierras, personas sin escrúpulos que lo único que les interesaba era lucrarse.

En intervenciones anteriores sobre el tema, decía un Asambleísta que el no haber atendido y/o legalizado la situación de la gente de Monte Sinaí, no fue por falta de voluntad del Gobierno local, con la excusa de que eran terrenos del Estado.

Acaso tampoco es falta de voluntad atender a los Guasmos, a la Isla Trinitaria! el suburbio oeste, que tienen más de 40 años, a los que aún les falta servicios básicos y que formamos partes de ese sector de la ciudad de Guayaquil que se niega, que no se muestra, porque para lo único que si cuenta es como botín político. Los Guasmos no son sólo las avenidas principales que es lo que se muestra en la propaganda del gobierno local.

Las zonas periféricas populares de Guayaquil mal denominados barrios marginales han vivido históricamente en abandono y discriminación siendo justamente este estado o ambiente de corrupción  social el idóneo  para los vicios del poder,  extorsión y violaciones constante a los derechos humanos.

La invasión de tierras es un delito que esconde el drama humano de miles de familias empobrecidas por el sistema,  que engañadas por inescrupulosos delincuentes de cuellos blancos, y familias humildes que caen en la trampa y terminan perdiéndolo todo. En nuestro país, la ciudad de Guayaquil es la más afectada por este problema social y sus consecuencias, como la creación de cinturones de miseria, donde la insalubridad y la inseguridad son la constante, como en monte Sinaí, Guasmos, Nigeria, Carita de Ángel 1 y 2.

Ahora mismo están en una carrera maratónica,  instalando   alcantarillad, poniendo bordillo sin importar la calidad, ya que para ellos somos esa parte de la ciudad que se merece lo que sea sin ver la calidad  y  la funcionalidad de los servicios.

En cuanto a la regeneración urbana, la mayoría del recorrido no se concentra  en resolver  los problemas de los barrios urbanos populares de la ciudad que son mayoritarios y con alta densidad  poblacional (quienes mayores necesidades tienen). Al contrario los montos invertidos en Av. Víctor  Emilio Estrada y Lomas de Urdesa, que pertenecen a un estrato socio- económico pudiente, superan a aquel de la Av. Modesto Luque que en teoría beneficiarían a los pobladores de Flor de Bastión, Sergio Toral y Paraíso de la Flor.

Observamos que en el modelo de desarrollo urbano de Guayaquil, la pobreza hay que esconderla, alejarla, negarla, para que el que viene de afuera no la vea y no se lleve una fea impresión. Pero por otro lado las invasiones se han promovido como recursos políticos-clientelares, pero han sido invisibilizados en el momento de presentar a la ciudad espectáculo. Esto por su puesto ha permitido la formación de imaginarios sociales urbanos contradictorios y conflictivos entre sí; la hegemonía de una élite que ha venido decidiendo las estrategias urbanísticas y estéticas, que en la mayoría de los casos no responde a la realidad cultural de la ciudad.

La Revolución Ciudadana como tal  nos devolvió la dignidad,  los sueños, la esperanza,   también nos devolvió la criticidad, el conocimiento de nuestros derechos, el valor de la participación, que vivir bien  es para todas y todos los Guayaquileños, no solo para la élite que rodea el Gobierno local. Guayaquil debe volverse equitativa como ciudad, que los Guasmos, Isla Trinitaria, reciban el, mismo trato que el Barrio  Centenario, Urdesa, Los Ceibos y la Puntilla.

Asambleísta, Adriana De la Cruz Gaspar

Adriana De La Cruz
Asambleísta por Guayas Alianza PAIS

Asambleísta por Guayas | Distrito: Circunscripción 1..

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