En mi labor como asambleísta, he tenido la oportunidad de reflexionar profundamente sobre la discriminación laboral por edad, un tema que afecta a miles de ecuatorianos. Estoy convencida de que las personas, mientras estén en pleno uso de sus facultades físicas y mentales, tienen derecho a seguir contribuyendo al desarrollo del país a través de su trabajo.
No podemos negar que la experiencia es un activo invaluable. Las personas mayores han acumulado conocimientos que no se encuentran en los libros ni se adquieren de un día para otro. Esta riqueza de saberes y habilidades debería ser reconocida y valorada en lugar de descartada por prejuicios asociados a la edad.
Mi apoyo al Proyecto de Ley Orgánica Reformatoria a Varias Leyes Respecto a la Discriminación por Edad en el Sistema Laboral nace de la firme creencia de que todas las personas, independientemente de su edad, deben tener igualdad de oportunidades. Este proyecto busca garantizar que la experiencia sea vista como un valor añadido, no como un obstáculo.
Si queremos construir un Ecuador más justo y equitativo, debemos desterrar la idea de que existe una edad límite para ser productivo. Todos tenemos algo que aportar mientras tengamos la voluntad y las capacidades para hacerlo. La verdadera riqueza de un país radica en su gente, y es nuestro deber garantizar que nadie sea dejado de lado.
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Quiteña, doctora en Psicología Industrial y Magister en Gerencia y Liderazgo Educacional. Poseo una sólida carrera de 20 años como docente universitaria y 15 años de experiencia en Gestión de Talento Humano en el sector privado, aportaré una perspectiva única a la Asamblea Nacional como representante electa por Pichincha, circunscripción Centro-Norte, parte de la Comisión Permanente de Derecho al Trabajo y Seguridad Social.
