La legisladora Pamela Falconí, vocal de la Comisión de Biodiversidad, informó que el proyecto de Código del Ambiente, que se debate en la Asamblea, dedica un capítulo a la protección a la fauna urbana, tema que será contrastado con lo que determina el Código de Ordenamiento Territorial que encarga esta función como competencia a los gobiernos autónomos descentralizados.
La protección va más allá de garantizar la vida de un perro o de un gato, sino de dar condiciones de vida digna al animal; en la Comisión de Biodiversidad se ha hablado de este tema con distintos sectores, por ejemplo el Colegio de Veterinarios, universidades, protección animal, añadió.
Indicó que dentro del Sistema Nacional de Competencias cada nivel de gobierno sea provincial, cantonal o parroquial debe asumir esta atribución, pero insistió en que se generan dificultades porque implica recursos económicos.
Pamela Falconí resaltó la nueva visión que tiene la generación de jóvenes de cuidar la biodiversidad, la naturaleza y las acciones a favor de los animales, como por ejemplo un colectivo en Babahoyo que trabaja por la protección canina y realiza capacitaciones para entender lo que significa el acompañamiento, adiestramiento y alimentación de animales declarados en abandono.
El problema de los municipios es real porque no cuentan con recursos para asumir esta competencia, pero también es un problema de la sociedad que debe resolver estas necesidades culturales, porque la gente acoge a un animal de fauna urbana lo hace como parte miembro de una familia y debe gastar, invertir en su cuidado, vacuna, alimentación, concluyó.
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