“En un país en donde la educación no se convierta en la plataforma que construye equidad estamos realmente condenados a vivir en el subdesarrollo eterno, y en esta lógica, el proyecto de Ley de Educación Intercultural establece un nuevo modelo de gestión contra formas y culturas que se han constituido y se han posicionado en actores como los maestros”, enfatizó el titular de la Comisión Ocasional, César Rodríguez.Ante ello, indicó que “a los maestros les asusta la idea de que ahora la evaluación será una herramienta constante de actualización de todo el magisterio ecuatoriano, lo que evidencia posiciones de algunos sectores que en este rato cuando ya hemos asumido la voluntad política de aprobar la ley, van a resistir”, tras sostener que la visión política del sector indígena de colocarse en la lógica de no ceder, de no ponerse de acuerdo, de que no se lea como un acuerdo con el gobierno, estarán opuestos a la ley justificando que no se entregó a la CONAIE el manejo de la educación bilingüe.
Rodríguez argumentó que la definición mayor es que la rectoría de la educación es una responsabilidad exclusiva, privativa del Estado, por lo tanto, las escuelas, los colegios particulares, no es que tienen su propio andarivel y hacen el diseño, ahora esta modalidad de educación que está garantizada en la ley, tiene que estar articulada y bajo la rectoría absoluta de la autoridad educativa nacional, lo que establece un cambio radical.
Subrayó que la ley busca el cambio de conceptos que han fragmentado a la sociedad ecuatoriana para buscar integrarla en todas sus realidades sociales y culturales, la educación como un acto de conciencia, como un proceso que garantiza la unidad en la diversidad y la inclusión de todos y de todas al proceso educativo, que supera una visión tradicional y unidireccional a un proceso de enseñanza y aprendizaje activo sobre la realidad.
Agregó que en el proyecto también se transversaliza la plurinacionalidad, la multiculturalidad, los valores de participación, democracia y libertad, ejes fundamentales en la propuesta, siendo uno de los mayores desafíos que el sistema construya una orientación que vaya más allá de la propiedad, del conocimiento, como se orienta el sistema de la competencia a un proceso en el que construyamos el conocimiento, como una tarea colectiva.
“Nos estamos planteando el desafío de que en un período de cuatro años el Ecuador con un sistema educativo esté integrado a las nuevas tecnologías de la comunicación, por lo tanto, integrar las escuelas a la red de Internet ya no es un sueño sino un mandato de la ley”, reiteró.
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