José Redrován, Johanna Ortega y Carlos Larco, representantes de la Organización Cuenca Escoge la Vida, cuestionaron la propuesta de despenalizar el aborto en caso de violación, en vista que no tiene rigor científico, sino que responde a ciertas posiciones ideológicas.
La Constitución ecuatoriana y las normas internacionales garantizan la defensa de la vida desde su concepción. Una mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, pero no decidir sobre la vida de otro ser humano que está en proceso de formación en su vientre, dijo José Redrován.
Enfatizó que la ciencia ha demostrado que en el cuerpo de una mujer está una persona igual al resto, no un simple producto, cosa, conjunto de células, que pide y tiene el derecho a que se respete la vida humana.
Habló de la castración para el violador, lo que limitaría, de alguna manera, que se cometan tales actos, promover campañas de educación orientadas a que las personas respeten su propio cuerpo y el ajeno; además de eliminar las promiscuidad sexual, pornografía y los prostíbulos.
También planteó el acompañamiento espiritual y psicológico a las mujeres que han sido violadas y sus familias, con el propósito que tengan la oportunidad de salir de la crisis; no a la impunidad del delincuente, lo que revictimizaría a la mujer.
El parlamentario Franklin Samaniego, vicepresidente de la comisión, aclaró no se está tratando una propuesta de despenalización general del aborto, sino que se analiza el tema de la violación. Por tanto, son importantes los insumos de las diversas corrientes de opinión, que permitirá a la mesa darle una solución al país respecto de la problemática, sostuvo.
Para Johanna Ortega, de profesión psicóloga clínica, el agregar a un evento traumático un nuevo trauma, que es hacer uso de la voluntad para deshacerse del producto del trauma, aumenta las posibilidades que una mujer no salga de dicho proceso. Entonces, estamos viendo que la gravedad del suceso determina también la superación de la crisis, tomando en cuenta incluso la vulnerabilidad y sensibilidad, agregó.
MG/
Más fotografías:
