En el salón José Mejía Lequerica, por iniciativa de la Comisión de Educación, se instaló el Foro Abierto: Un nuevo Futuro para la Educación Ecuatoriana, con la participación de expertos nacionales e internacionales, de la academia y alumnos de varias instituciones. El tema del bachillerato centró la atención de los concurrentes.
Silvia Salgado, presidenta de la mesa, expresó que los resultados de este encuentro servirán como importantes insumos en la construcción del informe para segundo debate de las reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural, al enfatizar que la tarea se cumple con base en 66 propuestas presentadas.
La educación en el país tiene que ser una herramienta fundamental para dar respuesta a los múltiples desafíos e intereses de la sociedad y, lo que es más, contribuir decididamente en el progreso de nuestro país, proyectando al sector en 20 o más años, dijo.
Habló de profundizar el debate sobre las modalidades del bachillerato, el tránsito de este a la educación superior, la problemática de estudiantes, lo que permita definir un sistema educativo integral que articule la educación fiscal, particular, municipal y otras formas, además de determinar qué perfiles de bachilleres requiere el Ecuador.
Joaquín Prats, catedrático de la Universidad de Barcelona, España, a través de video conferencia, expuso que cuando se hace una reforma, nunca se debe copiar modelos de otros países. Sugirió perfeccionar los sistemas de diagnóstico y evaluación, repensar los objetivos sociales y políticos de la educación, garantizar su universalización y asegurar la igualdad de oportunidades.
Insistió que urge garantizar el principio de igualdad de expectativas, que trasciende el concepto de igualdad de oportunidades, a fin de posibilitar que el niño que nace tenga las mismas expectativas de poder lograr cualquier nivel académico y profesional, independientemente de su origen cultural, étnico o condición social.
El sistema tiene que ser, por sí mismo, una pieza clave en el progreso social y económico, preparar a los estudiantes para que puedan hacer una transición positiva, que abra espacios en el mundo del trabajo y la producción. La línea política debe generar autonomía, estabilidad y el debido financiamiento. Esto tendrá peso en función de implementar un pacto o acuerdo nacional, puntualizó.
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